En las últimas semanas, el enigma de los fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés) ha regresado con fuerza al centro del debate público. El detonante ha sido la revelación de que el Pentágono mantuvo durante décadas un programa secreto para capturar y estudiar este tipo de objetos, según la denuncia de un exagente de inteligencia de Estados Unidos, quien afirma que se han ocultado pruebas de la existencia de ovnis.
La magnitud de la controversia ha llevado incluso a la NASA a preparar un informe oficial sobre la posible existencia de vida extraterrestre, cuya publicación se espera en breve.
Abraham Loeb: un científico en la frontera del pensamiento
En medio de esta nueva oleada de atención mediática, el astrónomo Abraham Loeb, profesor de la Universidad de Harvard y asesor habitual de la Casa Blanca, ha vuelto a encender el debate con una afirmación categórica: “No estamos solos en el universo”.
Loeb sostiene que la evidencia apunta a visitas de objetos de origen no terrestre, y su postura ha generado tanto respaldo como escepticismo, dado su historial de ideas controvertidas dentro del ámbito académico.
Oumuamua: ¿cometa o nave interestelar?
El caso más emblemático en su argumentación es Oumuamua, un objeto interestelar que cruzó el Sistema Solar en octubre de 2017 y cuya naturaleza ha sido objeto de intenso debate. Loeb ha defendido la hipótesis de que no se trata de un cometa común, sino de una posible nave alienígena a la deriva.
Detectado por un telescopio en Hawái, Oumuamua tiene dimensiones similares a un campo de fútbol y fue descrito por Loeb como «la primera vista que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento». Según su análisis, sus características no coinciden con las de un cuerpo rocoso convencional.
En su libro publicado en 2021, Loeb critica la suposición de que la humanidad sea única en el cosmos, argumentando que esa idea es intelectualmente arrogante. Plantea, en cambio, la alta probabilidad de que existan muchas otras civilizaciones dispersas por el universo.
Evidencias, hipótesis y nuevos hallazgos
El astrónomo ha afirmado en entrevistas recientes —como la concedida a XL Semanal— que antes de Oumuamua, otros dos objetos interestelares podrían haber alcanzado la Tierra. Actualmente, participa en investigaciones para determinar si se trata de meteoritos o fragmentos de tecnología extraterrestre.
Loeb subraya que la mayoría de las estrellas del universo son anteriores al Sol, lo que, desde su perspectiva, hace perfectamente plausible que otras civilizaciones hayan tenido tiempo suficiente para desarrollarse, desaparecer o, tal vez, dejar rastros.
«Pensar que estamos solos en el universo me parece tan improbable… Sería extraño que no hubiera más civilizaciones como la nuestra», concluyó, reafirmando su convencimiento de que la vida más allá de la Tierra no es una fantasía, sino una posibilidad lógica y cada vez más urgente de explorar.
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