Julio se presenta como uno de los meses más espectaculares para la observación astronómica, con una sucesión de fenómenos celestes que harán del cielo nocturno un verdadero escenario de maravillas. Desde alineaciones planetarias, hasta la Luna llena de Ciervo y tres lluvias de meteoros, los observadores del hemisferio sur tendrán múltiples oportunidades para disfrutar de estos eventos.

Inicia el calendario astronómico: cuarto creciente y Mercurio en máxima elongación

El 2 de julio marcó el inicio del calendario astronómico del mes con el cuarto creciente de la Luna. Este evento antecede a uno de los más destacados: la mayor elongación oeste de Mercurio, que se produce el 4 de julio. Ese día, Mercurio alcanzará una separación de 25°54′ del Sol, lo que permitirá su observación antes del amanecer hacia el este.

Además, el 4 de julio se producirá una conjunción entre Venus y Urano. Mientras Venus será visible a simple vista en la constelación de Tauro, Urano requerirá de binoculares o telescopio. El momento de máxima proximidad será a las 09:45 hora argentina.

Luna de Ciervo: la protagonista de julio

El 10 de julio, el cielo se iluminará con la Luna llena de julio, también conocida como Luna de Ciervo. Esta se produce cuando la Tierra se ubica entre el Sol y la Luna, permitiendo que su cara visible esté completamente iluminada. La plenitud ocurrirá a las 17:37 hora argentina (20:37 GMT).

El nombre “Luna de Ciervo” proviene de las culturas indígenas norteamericanas, que observaban el crecimiento de nuevas astas en los ciervos durante esta época del año. Esta Luna también es conocida como “Luna del Trueno”, “Luna del Salmón”, “Luna del Heno” o “Luna del Gurú”, según la región y sus tradiciones.

Conjunciones y acercamientos lunares: Saturno, Neptuno, Pléyades y Júpiter

El 16 de julio, la Luna se acercará a Saturno y Neptuno en la constelación de Piscis, con una iluminación del 70%. Saturno será visible a simple vista desde las 04:53 (07:53 GMT), mientras que para Neptuno se necesitarán instrumentos ópticos.

El 20 de julio, con la Luna en fase menguante (24% de iluminación), se ubicará cerca del cúmulo estelar de las Pléyades, uno de los grupos más reconocibles del cielo nocturno. Esta conjunción será visible sin ayuda, aunque un telescopio permitirá apreciar más detalles.

El 23 de julio, a las 01:20 hora argentina (04:20 GMT), la Luna se acercará a Júpiter con solo un 3% de su disco iluminado, realzando el brillo del planeta gigante. Al día siguiente, el 24 de julio, se producirá la Luna Nueva, ideal para observar objetos tenues como cúmulos, galaxias o meteoros.

Ocultación lunar de Marte: uno de los eventos destacados

El 28 de julio, la Luna ocultará a Marte, un fenómeno que ocurre cuando nuestro satélite pasa frente al planeta rojo, ocultándolo temporalmente desde nuestra perspectiva. La ocultación será visible principalmente desde zonas de la Antártida, comenzando a las 14:19 y finalizando a las 16:09 hora argentina. Sin embargo, la conjunción podrá seguirse desde otras regiones del planeta en las horas siguientes.

Lluvias de meteoros: Piscis Austrínidas, Capricórnidas y Delta Acuáridas del Sur

Durante julio, tres lluvias de meteoros cruzarán el firmamento:

  • Piscis Austrínidas: del 15 de julio al 10 de agosto, con un máximo el 28 de julio. Tasa estimada: 5 meteoros por hora.

  • Capricórnidas: del 3 de julio al 15 de agosto, con un máximo el 30 de julio. Tasa estimada: 5 meteoros por hora.

  • Delta Acuáridas del Sur: del 12 de julio al 23 de agosto, con pico también el 30 de julio y una tasa de hasta 25 meteoros por hora.

Este último enjambre meteórico, atribuido al cometa 96P/Machholz, es uno de los más constantes del año y será visible especialmente desde el hemisferio sur, donde el radiante se eleva casi hasta el cenit. Las condiciones para su observación serán óptimas este año, ya que la Luna estará en fase creciente con solo un 27% de iluminación y se ocultará antes de la medianoche.

La lluvia es más intensa en el hemisferio sur, aunque también puede observarse desde el sur de EE. UU. o el Mediterráneo”, señala la Agencia Espacial Europea (ESA).

Para disfrutar al máximo de estos meteoros, los expertos recomiendan alejarse de fuentes de luz artificial y permitir que los ojos se adapten a la oscuridad durante al menos 20 minutos.

Durante todo julio, el cielo se convierte en una ventana privilegiada al universo. Las fases lunares, los acercamientos entre planetas, las ocultaciones y los enjambres meteóricos ofrecen un sinfín de oportunidades para conectarse con los ritmos cósmicos. Aunque muchos de estos eventos se repiten cada año, cada edición tiene sus particularidades, haciendo que la experiencia de observar el cielo sea siempre nueva y fascinante.

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