El juicio federal contra Sean “Diddy” Combs concluyó el miércoles 2 de julio con un veredicto que tomó por sorpresa a gran parte de la opinión pública. El jurado lo absolvió de los cargos más severos: conspiración para delinquir (racketeering) y tráfico sexual mediante fuerza, fraude o coerción. Sin embargo, lo declaró culpable de dos cargos menores por transporte con fines de prostitución, delitos que podrían significar una condena de hasta 20 años de prisión.

La lectura del veredicto, realizada a las 10:00 por los 12 miembros del jurado en un tribunal de Nueva York, generó una visible reacción emocional en el acusado. Combs se llevó las manos al rostro y se inclinó sobre su silla, aliviado por la absolución de los cargos principales. “Me han devuelto la vida”, expresó su abogado, Marc Agnifilo, ante el tribunal.

El ambiente en la sala se transformó tras conocerse el fallo. Aunque Combs aún enfrentará sentencia por los delitos menores, su equipo legal celebró el resultado parcial como una victoria. Desde la cárcel federal de Brooklyn, donde se encontraba recluido desde septiembre, el productor musical agradeció al jurado y a su familia —presentes en la sala— con un gesto de oración. “Voy a casa”, se le vio articular.

Uno de los momentos más emotivos ocurrió cuando su abogada Teny Geragos, visiblemente conmovida, secó sus lágrimas tras escuchar el veredicto. El equipo legal solicitó al juez que, considerando la absolución de los cargos más graves, Combs fuera liberado ese mismo día. Agnifilo argumentó que no existía riesgo de fuga y que el acusado cumpliría estrictamente cualquier condición impuesta por el tribunal, aunque su avión privado no se encontraba disponible en ese momento.

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