Un nuevo estudio científico reveló que la clave para dormir mejor podría estar en lo que comemos cada día. Investigadores de Columbia University Irving Medical Center y la University of Chicago descubrieron que una dieta rica en frutas, verduras y carbohidratos complejos se asocia con una mejor calidad del sueño esa misma noche, en adultos jóvenes sanos.
Según los datos publicados en la revista científica Sleep Health, quienes priorizan estos alimentos experimentan menos interrupciones nocturnas y un descanso más profundo, lo que abre la puerta a estrategias naturales y accesibles para mejorar el sueño.
Detalles del estudio: metodología y participantes
El estudio incluyó a 34 adultos jóvenes sanos, de los cuales 28 eran hombres y 6 mujeres, con edades entre 20 y 49 años. Se excluyó a personas con problemas de sueño, condiciones médicas relevantes o hábitos que pudieran alterar los resultados, como el consumo excesivo de alcohol, cafeína, tabaco o drogas recreativas.
Durante el periodo de análisis, los participantes registraron su ingesta diaria de alimentos mediante una aplicación especializada, y controlaron su sueño usando monitores de muñeca (actígrafos), que permitieron medir de forma objetiva la calidad del descanso.
La dieta fue evaluada con el sistema ASA24 (Automated Self-Administered 24-Hour Dietary Assessment Tool), que analizó tanto los macronutrientes como los micronutrientes relevantes para el sueño, incluyendo magnesio, calcio, vitamina D, vitamina B6, sodio y zinc.
El sueño se midió con el Índice de Fragmentación del Sueño (SFI): un valor más bajo indica menor cantidad de interrupciones y, por lo tanto, un sueño más reparador.
Resultados principales: frutas, verduras y carbohidratos complejos, aliados del sueño
Según Sleep Health, una mayor ingesta de frutas, verduras y carbohidratos complejos durante el día se asoció con una menor fragmentación del sueño y una mejor eficiencia del descanso.
El consumo de fibra y magnesio, presentes en estos alimentos, también se relacionó con menos despertares nocturnos.
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Quienes comían las cinco porciones recomendadas de frutas y verduras al día tenían un SFI de 16,3, frente a un SFI de 19,4 en quienes no comían ninguna porción.
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Esto representa una mejora del 16% en la calidad del sueño, según los modelos del estudio.
Además, se observó que una mayor ingesta de carnes rojas y procesadas podría estar relacionada con una peor calidad del sueño, aunque los autores advierten que se necesita más investigación para confirmarlo.
Mecanismos biológicos: cómo la dieta mejora el sueño
Una de las hipótesis es que los carbohidratos complejos facilitan la absorción de triptófano, un aminoácido esencial que se convierte en serotonina y luego en melatonina, la hormona clave del sueño.
“Los granos integrales contienen triptófano, esencial para regular el sueño y el estado de ánimo”, explicó Ellen Wermter, especialista en medicina del sueño.
Por otro lado, las frutas y verduras tienen propiedades antioxidantes que podrían reducir la inflamación, lo cual mejora el descanso.
“La inflamación alta puede interrumpir el sueño”, sostuvo Phyllis Zee, jefa de Medicina del Sueño en Northwestern Medicine.
También se sugiere que una mejor regulación de la glucosa, facilitada por los carbohidratos complejos, permite mantener niveles estables de azúcar en sangre durante la noche, lo que evita despertares bruscos por hipoglucemia.
“Si tienes una mejor regulación de la glucosa, también duermes mejor”, agregó Zee.
Este estudio confirma que lo que comemos afecta directamente cómo dormimos. Priorizar una dieta saludable y equilibrada con frutas, verduras y carbohidratos complejos no solo mejora la salud en general, sino que también puede ser una forma natural y efectiva de lograr un sueño más reparador cada noche.
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