Las investigaciones sobre la enfermedad de Alzheimer avanzan rápidamente, en paralelo con un interés creciente por la prevención temprana. Aunque se están desarrollando nuevos análisis de sangre para detectar la enfermedad antes de que aparezcan los síntomas, los especialistas advierten que los cambios cerebrales pueden comenzar décadas antes.
El psiquiatra y neuroimagenólogo Daniel Amen, fundador de Amen Clinics en California, destacó en Fox News Digital que existen 11 áreas clave del estilo de vida que influyen directamente en la salud cerebral. Estas fueron resumidas en el acrónimo BRIGHTMINDS, una guía para reducir el riesgo de deterioro cognitivo y posiblemente prevenir hasta el 50% de los casos de Alzheimer.
Las 11 claves para un cerebro sano, según Daniel Amen
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B – Blood (Flujo sanguíneo): considerado el principal predictor de Alzheimer. Se ve afectado por el alcohol, la marihuana, la cafeína, la nicotina, el sedentarismo y el sobrepeso. Amen recomienda caminar 30 minutos al día con intensidad variable.
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R – Retirement (Jubilación): la falta de estímulo cognitivo tras el retiro puede ser perjudicial. Se aconseja aprender algo nuevo cada día.
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I – Inflamación: la inflamación crónica está asociada con enfermedades cerebrales. Usar hilo dental ayuda a reducir la inflamación de las encías, un factor relevante.
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G – Genética: no es destino. Los antecedentes familiares no son una sentencia, según Amen, quien aboga por la prevención diaria.
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H – Traumatismos: evitar lesiones craneales, incluso leves. No usar el celular al conducir es una recomendación básica.
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T – Toxinas: sustancias como plomo, moho y mercurio, además del alcohol, pueden afectar el cerebro. Se sugiere beber agua, reducir el alcohol y consumir vegetales crucíferos.
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M – Salud Mental: una actitud equilibrada es clave. “Deja de creer cada cosa estúpida que piensas”, afirmó Amen.
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I – Inmunidad: prevenir infecciones y reforzar el sistema inmunológico, por ejemplo, con vitamina D.
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N – Neurohormonas: los desequilibrios hormonales deben ser monitoreados con chequeos anuales.
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D – Diabesidad: obesidad + diabetes tipo 2. Amen advierte que el sobrepeso afecta 10 de los 11 factores de riesgo.
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S – Sleep (Sueño): dormir bien es esencial. El sueño profundo permite un “lavado cerebral nocturno” que limpia los residuos neuronales.
“El Alzheimer comienza en el cerebro décadas antes de que aparezcan los síntomas. Nunca es demasiado pronto para proteger el cerebro”, enfatizó Amen.
La mirada desde la neuropsicología: prevenir con hábitos
La doctora Lucía Crivelli, jefa de Neuropsicología en Adultos del Instituto Fleni e investigadora del CONICET, también destacó la importancia del estilo de vida. Según la experta, la genética tiene un peso mínimo en el desarrollo del Alzheimer.
“Es más riesgoso haber fumado que tener un padre o madre con Alzheimer”, afirmó.
Crivelli explicó que el aumento de la esperanza de vida incrementa la prevalencia de demencia. Mientras entre los 50 y 63 años afecta a menos del 10 %, después de los 80 años alcanza al 25 %.
También resaltó que el ejercicio físico, incluso si se inicia en etapas tardías, puede cambiar la configuración del hipocampo, área clave para la memoria.
“Superagers” y entrenamiento mental
La neuropsicóloga introdujo el concepto de “superagers”, personas mayores que mantienen un rendimiento cognitivo comparable al de adultos más jóvenes, gracias a conductas saludables y estimulación constante.
Además, propuso ejercicios de lenguaje y fluidez verbal, lectura y ampliación del vocabulario como herramientas para mantener y mejorar la inteligencia.
“Ejercitar la mente, socializar, comer bien, dormir y moverse son factores interdependientes que, sostenidos en el tiempo, pueden marcar la diferencia”, dijo Crivelli.
Una condición que se construye desde hoy
Tanto Amen como Crivelli coinciden: el Alzheimer no es solo un problema del futuro, sino una condición que comienza a gestarse décadas antes de su diagnóstico. La prevención no depende solo de medicamentos o análisis, sino de decisiones diarias que protejan el cerebro y la mente a largo plazo.
“No se trata solo de vivir más, sino de vivir mejor”, concluye Amen.
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