A meses de las elecciones presidenciales, el debate económico comienza a tomar fuerza en Chile. Una de las propuestas que más ha generado discusión es la de la candidata oficialista Jeannette Jara, quien plantea alcanzar un salario vital de $750 mil en un plazo de cuatro años.

La idea, presentada inicialmente en las primarias por la exministra del Trabajo y militante del Partido Comunista, ha sido defendida por la propia Jara y por su equipo como sinónimo de salario mínimo, concepto que ha sido adoptado también por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Gobierno marca matices: “Salario vital” no es igual a salario mínimo

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha señalado que es necesario precisar si se habla de un “ingreso vital o de ingreso de suficiencia”.

“A eso se puede llegar por varios caminos, no solo por la vía del salario mínimo, sino también viendo el conjunto de ingresos del hogar”, indicó en Radio Infinita.

Actualmente, el salario mínimo en Chile es de $529 mil brutos, cifra que subirá a $539 mil en enero de 2026, lo que convirtió recientemente a Chile en el país con el ingreso mínimo más alto de Sudamérica.

Chile podría superar a países desarrollados en salario mínimo

Según el Observatorio del Contexto Económico de la UDP (OCEC-UDP), si el salario mínimo se elevara hoy a $750.000, Chile pasaría a tener un salario equivalente a US$1.613 ajustados por paridad de poder de compra (PPP).

Con este nivel, Chile superaría a todos los países de América Latina, incluidos Costa Rica (US$1.186 PPP), y también a Estados Unidos (US$1.257 PPP), Estonia (US$1.448 PPP), Letonia (US$1.457 PPP), Eslovaquia (US$1.557 PPP) y República Checa (US$1.609 PPP).

Esto, a pesar de que todos estos países tienen ingresos per cápita significativamente superiores al de Chile. Por ejemplo, Estados Unidos alcanza los US$89.000, más de 2,5 veces el ingreso per cápita chileno, que ronda los US$35.000, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Advertencias sobre efectos en productividad y empleo

El economista José Acuña, autor del informe de la OCEC-UDP, advierte que el alza al salario mínimo podría mantenerlo desalineado de la productividad laboral.

La propuesta implica un alza nominal de 42% respecto al salario mínimo actual, y un incremento real cercano al 26%”, señala.

Según Acuña, este desajuste puede afectar la generación de empleo asalariado formal, especialmente en el sector privado y las mipymes.

“En los últimos años, el costo salarial por hora ha crecido por sobre la productividad, y si esto se mantiene, puede dificultar aún más la creación de empleos formales en empresas de menor tamaño”, explica.

Mipymes, las más afectadas

El informe cita cifras de la Encuesta Nacional de Empleo (INE) del trimestre marzo-mayo 2025, que muestran que la mayor parte del empleo asalariado formal se está generando en grandes empresas, mientras que las mipymes exhiben bajo dinamismo.

Las pequeñas y medianas empresas están debilitadas, con poca capacidad de absorber los mayores costos laborales en un contexto de productividad estancada”, concluye el informe.

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