La sorpresa fue total el pasado martes cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que evalúa imponer aranceles del 50% a las importaciones de cobre, desatando una ola de reacciones en los mercados internacionales. Tras la confirmación de la medida por parte de la Casa Blanca, los precios del metal rojo se dispararon en Norteamérica, marcando un giro abrupto en su comportamiento.

Desde entonces, el cobre ha registrado una alta volatilidad en los mercados globales, mientras inversionistas y consumidores intentan anticipar el impacto que este arancel podría tener sobre la producción y la economía estadounidense.

En Chile, principal país exportador de cobre, expertos y economistas aún analizan las posibles consecuencias de esta decisión.

Fuerte alza en el precio del cobre y efecto sobre el dólar

En este contexto, el cobre cerró la semana en US$4,372 por libra en la Bolsa de Metales de Londres, acumulando un alza de 10,7% en lo que va del año. En Estados Unidos, los futuros del cobre alcanzaron los US$5,567, con un alza de 39,7% en 2025 y de US$0,42 respecto al viernes anterior, cuando cerraron en US$5,14.

Esta escalada también afectó al mercado cambiario en Chile: el dólar terminó la semana en $958,5, lo que representa un aumento de $27,5 respecto a los $931 del viernes anterior.

Economistas advierten riesgos, pero mantienen proyecciones

Las fluctuaciones en el precio del cobre y la incertidumbre ante los aranceles generan presión sobre el tipo de cambio. Sin embargo, por ahora, los economistas mantienen sus proyecciones, aunque reconocen un aumento en los riesgos.

Alejandro Fernández, socio de Gemines Consultores, estima que el dólar podría cerrar el año en torno a los $930, aunque advierte que “el mayor riesgo que veo es una desaceleración muy fuerte de la economía mundial”. No obstante, matiza que China se mantiene firme, lo que podría sostener el precio del cobre.

El cobre puede subir un poco por debilidad del dólar a nivel global”, agregó Fernández.

Por su parte, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, señaló que aún no han incorporado el efecto del arancel en sus modelos: “Por ahora mantenemos la proyección en $940, aunque los riesgos han aumentado”.

Andrés Pérez, economista jefe de Itaú, sostuvo que “el peso, al igual que otras monedas emergentes, enfrentará presión a la baja en el corto plazo, pero a mediano plazo dominará un dólar global más débil, afectado por el deterioro fiscal de EE.UU. y un mayor premio por riesgo”. Itaú también proyecta un tipo de cambio de $940 a fin de año.

¿Se aproxima un acuerdo EE.UU.–China?

Thomas Naeter, analista de Capitaria, destacó que “una subida tan brusca en el precio del cobre normalmente debería presionar a la baja al dólar, pero eso no ha ocurrido, lo que sugiere un repunte especulativo más que fundamental”.

Naeter advierte que si se concreta un acuerdo comercial entre EE.UU. y China, podría reducirse la presión anticipada sobre la demanda de cobre, lo que implicaría una corrección bajista en el precio del metal. “Con un cobre debilitado y un dólar fortalecido, el tipo de cambio podría subir hacia los $965”, pronosticó.

Jorge Toloza, operador de Vector Capital, llamó la atención sobre la estabilidad reciente del dólar: “A pesar del entorno arancelario desde abril, el dólar se ha movido entre los $930 y $950, pero en los últimos días hemos visto compras especulativas apostando contra el peso”, dijo.

El mercado está pendiente del 1° de agosto, fecha en la que se definirá la aplicación específica de los aranceles al cobre y a otros productos.

Nueva fase en la política comercial de EE.UU.

A partir del 1 de agosto, entrarán en vigencia una serie de nuevos impuestos aduaneros. Estados Unidos está enviando notificaciones a diversos países, informando el arancel específico que aplicará a sus exportaciones.

  • A Canadá se le impondrá un arancel del 35%.

  • Para el resto de los países que no reciban notificación, se aplicará una tasa de entre 15% y 20%, superior a la tasa base de 10% vigente hasta ahora.

Con el término de la tregua arancelaria de 90 días y el anuncio de nuevas medidas a partir del 1 de agosto, entramos en una nueva fase de la política comercial de Estados Unidos”, afirmó Seema Shah, jefa de Estrategia Global de Principal. “Es un giro profundo y duradero en el enfoque del país hacia el comercio internacional”.

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