El sistema inmunológico es mucho más que una barrera contra los resfriados: regula la inflamación, combate el envejecimiento y previene enfermedades crónicas, según explicó la inmunóloga Dra. Jenna Macciochi, docente universitaria reconocida en el Reino Unido.
En diálogo con The Telegraph, la especialista en inmunología destacó que la salud del sistema inmune determina tanto la calidad como la duración de la vida. Lejos de depender de suplementos costosos o rutinas extremas, la clave está en adoptar hábitos saludables, simples y sostenibles.
Un sistema en constante acción
A diferencia de la visión tradicional que lo considera un mecanismo pasivo, la Dra. Macciochi remarcó que el sistema inmunitario es dinámico: actúa incluso en ausencia de infecciones, vigilando el organismo, reparando tejidos y regulando la inflamación.
Su impacto es profundo: ayuda a eliminar células malignas, controla las enfermedades autoinmunes y frena la inflamación crónica que acelera el deterioro del cuerpo con la edad. De hecho, el 70% de las células inmunitarias reside en el tracto digestivo, lo que vincula directamente la alimentación con la inmunidad.
Inflamación crónica: el “óxido” del envejecimiento
La inmunóloga advirtió sobre el fenómeno del “inflammaging” o envejecimiento inflamatorio: una inflamación leve pero persistente provocada por factores como el sedentarismo, el estrés y la mala alimentación. Esta condición afecta los telómeros, daña el ADN y sobrecarga los órganos, siendo un detonante clave en enfermedades como el cáncer, el Alzheimer o los trastornos cardiovasculares.
Las 4 claves para fortalecer el sistema inmunológico y alargar la vida
Lejos de las modas del biohacking y las soluciones de alto costo, la Dra. Macciochi propuso cuatro hábitos accesibles, respaldados por la ciencia:
-
Realizar más ejercicio físico
La actividad regular fortalece la inmunidad y puede sumar hasta siete años de vida saludable, según un estudio del British Journal of Sports Medicine.
El ejercicio, además, preserva la función del timo, órgano esencial para la producción de linfocitos T. Se recomienda romper el sedentarismo y combinar cardio con ejercicios de fuerza, adaptados a cada persona. -
Comer menos calorías y evitar picar entre comidas
Comer en exceso y con frecuencia constante impide que el cuerpo repare tejidos y regula mal la inflamación.
Se sugiere reducir entre un 20 y 30% la ingesta calórica, concentrando la alimentación en tres comidas completas al día, sin bocadillos. Así se permite un mejor funcionamiento inmunológico sin carencias nutricionales. -
Incorporar alimentos antiinflamatorios
El aceite de oliva virgen extra, rico en oleocantal, posee propiedades similares al ibuprofeno natural.
Una dieta de estilo mediterráneo —verduras de hoja, frutas rojas, cereales integrales, frutos secos y pescado azul— contribuye a reducir la inflamación y prevenir enfermedades degenerativas.
También se destaca la dieta MIND, por sus beneficios para la salud cerebral e inmunológica. -
Aumentar el consumo de fibra para una mejor salud intestinal
La fibra alimentaria alimenta el microbioma intestinal, generando ácidos grasos de cadena corta con propiedades antiinflamatorias.
Estos compuestos refuerzan la barrera intestinal y regulan el sistema inmune, previniendo que toxinas pasen al torrente sanguíneo.
La recomendación es aumentar gradualmente la ingesta de legumbres, frutas y verduras, evitando molestias digestivas.
Una revolución de salud al alcance de todos
Con formación en la Universidad de Glasgow y un doctorado en el Imperial College de Londres, la Dra. Macciochi ha trabajado en investigación, industria y docencia. Desde su hogar en Brighton, promueve una visión realista, sostenible y basada en evidencia para vivir más y mejor.
“La longevidad no está en soluciones mágicas, sino en pequeños cambios diarios que cualquiera puede adoptar”, concluye la especialista.
/psg