El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y ex presidente, Dmitri Medvédev, anunció este viernes que las Fuerzas Armadas de Rusia endurecerán sus ataques contra Ucrania, con énfasis en la capital, Kiev, en respuesta a las recientes sanciones impuestas por la Unión Europea.
A través de su canal oficial de Telegram, Medvédev advirtió que “los ataques contra las instalaciones de la tal llamada Ucrania, incluida Kiev, se asestarán con fuerza creciente”, elevando así el tono de las amenazas en medio de la creciente tensión en el conflicto.
Medvédev minimiza impacto de nuevas sanciones europeas
En la misma declaración, el ex mandatario aseguró que la economía rusa resistirá el nuevo paquete de sanciones, el decimoctavo impuesto por la UE desde 2022. Según Medvédev, las sanciones “no cambiarán la postura rusa respecto al conflicto en Ucrania” y reiteró que Rusia no busca una confrontación directa con la OTAN ni con Europa, aunque advirtió que responderá con toda su fuerza si Occidente decide “incrementar el conflicto”.
“Tenemos que actuar en consecuencia. Responder plenamente. Y, si es necesario, lanzar ataques preventivos”, agregó, lanzando duras críticas a Occidente, al que acusó de tener una “mentalidad de traición en la sangre” y una visión “obsoleta de superioridad”.
El Kremlin modera las declaraciones de Medvédev
Consultado sobre los dichos del ex presidente, el Kremlin aclaró que se trata de una opinión personal, aunque reconoció que la preocupación por el clima de confrontación en Europa es legítima. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, sostuvo que Rusia analizará detenidamente el impacto del nuevo paquete de sanciones y agregó que “ya hemos adquirido cierta inmunidad ante las sanciones, nos hemos adaptado a la vida bajo ellas”.
Peskov también calificó las restricciones como “ilegítimas” y aseguró que el nuevo paquete es “un arma de doble filo” que podría perjudicar a los países europeos tanto como a Rusia.
Alcance del nuevo paquete de sanciones de la UE
El nuevo paquete de medidas restrictivas incluye:
Reducción del precio máximo del petróleo ruso de 60 a 47,6 dólares por barril.
Prohibición de transacciones financieras relacionadas con los gasoductos Nord Stream, actualmente fuera de servicio.
Sanción a 105 barcos rusos adicionales, elevando a más de 400 los navíos conocidos como la “flota fantasma” rusa.
Restricciones financieras a 22 bancos rusos adicionales y a operadores de terceros países que ayuden a Moscú a evadir las sanciones internacionales.
Sanción al Fondo Ruso de Inversión Directa, junto a sus filiales y proyectos asociados.
Prohibición de exportaciones a Rusia de tecnología crítica y bienes industriales, especialmente aquellos utilizados en la fabricación de drones.
Este nuevo capítulo en el conflicto acentúa la escalada verbal y militar entre Moscú y Occidente, y reafirma que las sanciones económicas continúan siendo un frente clave en la guerra en Ucrania.
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