Con la llegada del invierno, muchas personas notan un aumento en el apetito y una preferencia por alimentos más calóricos. Las bajas temperaturas, el menor tiempo de exposición al sol y una vida más sedentaria contribuyen a que el cuerpo busque más energía en forma de comida. Sin embargo, es posible alimentarse bien en invierno sin subir de peso, siempre que se sigan algunas recomendaciones clave.

¿Por qué engordamos más en invierno?

Durante los meses fríos, el cuerpo necesita mantener su temperatura corporal, lo que puede incrementar el apetito. Además, la disminución de la actividad física, el consumo de comidas más grasas y azucaradas, y la ansiedad provocada por el encierro o la falta de luz solar pueden favorecer el aumento de peso.

Claves para una dieta invernal equilibrada

  1. Incluir alimentos calientes, pero saludables
    Sopas, guisos y caldos son opciones reconfortantes, pero deben prepararse con verduras, legumbres y proteínas magras. Evita el exceso de cremas, embutidos o frituras.

  2. Aumentar la ingesta de fibra
    La fibra genera saciedad y ayuda a controlar el apetito. Opta por cereales integrales, frutas con piel, legumbres y vegetales de temporada como calabaza, brócoli o repollo.

  3. No saltarse comidas
    Saltar el desayuno o el almuerzo puede provocar atracones más tarde. Mantén horarios regulares de alimentación y no prolongues el ayuno más de lo necesario.

  4. Evitar el exceso de azúcares y harinas refinadas
    Los antojos de dulces aumentan en invierno. En su lugar, consume frutas cocidas, frutos secos naturales o chocolates con alto contenido de cacao.

  5. Mantenerse hidratado
    Aunque no sintamos tanta sed, el cuerpo sigue necesitando líquidos. Infusiones, caldos naturales y agua tibia con limón pueden ayudar a mantener una buena hidratación sin calorías extras.

  6. Controlar las porciones
    Servir platos más pequeños y comer con atención evita el exceso. Recuerda que incluso los alimentos saludables pueden engordar si se consumen en exceso.

El rol de la actividad física

En invierno, la tendencia a moverse menos es común. Sin embargo, realizar actividad física regular, aunque sea en casa, es fundamental para mantener el metabolismo activo y reducir el impacto calórico de la dieta.

Caminar, hacer rutinas en línea o practicar yoga pueden ser aliados clave para mantener el equilibrio durante la temporada invernal.

Conclusión: cuidarse sin restricciones extremas

No se trata de hacer dietas restrictivas ni de pasar hambre, sino de elegir con inteligencia. Una dieta de invierno puede ser nutritiva, reconfortante y balanceada, sin que implique aumentar de peso. El secreto está en mantener el control, moverse, y adaptar la alimentación al frío sin perder de vista los objetivos de salud.

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