Dormir demasiado podría representar un riesgo considerable para la salud, incluso mayor que dormir poco, según revela un estudio masivo liderado por la Universidad Semmelweis, en Hungría. El trabajo analizó datos de más de 2,1 millones de personas a partir de 79 estudios internacionales, estableciendo una clara relación entre la duración del sueño y el riesgo de mortalidad.

El análisis determinó que tanto la falta como el exceso de sueño aumentan significativamente la probabilidad de muerte por cualquier causa. Dormir menos de siete horas eleva el riesgo en un 14 %, mientras que dormir más de nueve horas incrementa dicho riesgo hasta un 34 %.

«Como sociedad, estamos experimentando una epidemia de sueño. Si bien la concienciación ha aumentado, nuestro comportamiento no ha cambiado mucho en la última década», advirtió el Dr. Gyorgy Purebl, director del Instituto de Ciencias del Comportamiento y coautor del estudio.

Diferencias entre hombres y mujeres

Los investigadores también observaron diferencias significativas según el género. Los hombres que dormían más de lo recomendado mostraron un riesgo 36 % mayor de morir, mientras que en las mujeres el riesgo subía hasta un 44 %.

«Estas diferencias podrían deberse a factores hormonales, conductuales o cardiovasculares», explicaron los autores.

Dormir entre siete y ocho horas por noche se identificó como el rango óptimo para la salud.

Mayor duración del sueño también eleva el riesgo de derrame cerebral

Un segundo estudio, encabezado por el Dr. Balazs Gyorffy, jefe de bioinformática de la misma universidad, exploró la relación entre la duración del sueño y el riesgo de accidente cerebrovascular. Los resultados fueron igualmente alarmantes.

Las personas que dormían entre cinco y seis horas por noche tenían un 29 % más de probabilidades de sufrir un derrame cerebral y un 12 % más de riesgo de morir por esta causa. Sin embargo, los peores resultados se observaron entre quienes dormían más de ocho horas, con un 46 % más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y un 45 % más de riesgo de morir por el mismo.

«Nuestros hallazgos dejan claro que la duración del sueño debe tenerse en cuenta en las estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares para reducir la carga sobre los sistemas de salud y mejorar la salud de la población», subrayó Gyorffy.

El sueño, un pilar esencial de la salud

Los expertos alertan que factores como el estrés laboral, el uso excesivo de pantallas digitales y los horarios irregulares deterioran seriamente la calidad del descanso. Por ello, los autores del estudio instan a considerar el sueño como un componente esencial del bienestar general, subrayando que tanto dormir poco como dormir en exceso deben evitarse.

Conclusión: Dormir entre 7 y 8 horas diarias sigue siendo la mejor estrategia para proteger la salud física y mental, reducir el riesgo de enfermedades graves y mejorar la calidad de vida.

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