En medio de un escenario económico desafiante, el desempleo reapareció como uno de los principales problemas para la economía chilena. Según los últimos datos entregados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación en el trimestre marzo-mayo de 2025 alcanzó un 8,9%, lo que representa un aumento de 0,6 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior.

Esta alza responde a que el crecimiento de la fuerza de trabajo (0,8%) fue mayor al de las personas ocupadas (0,2%), es decir, el mercado laboral no logra absorber la creciente demanda por empleo.

917 mil personas desempleadas: cifra más alta desde la pandemia

El número de personas desocupadas llegó a 917 mil, siendo la cifra más alta desde el trimestre febrero-abril de 2021, en pleno auge de la pandemia. Durante el trimestre analizado, solo se crearon 14.500 nuevos empleos, el registro más bajo desde la crisis sanitaria.

El incremento del 8,5% en las personas desocupadas fue impulsado tanto por quienes están cesantes (8,3%) como por quienes buscan trabajo por primera vez (10,4%).

La sombra del “desempleo ilustrado”: profesionales sin empleo

Más allá del dato general, el mercado laboral enfrenta una transformación estructural compleja, tal como lo advierte el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP). Uno de los aspectos más preocupantes es el crecimiento del llamado “desempleo ilustrado”, fenómeno que afecta a personas con educación superior completa que no logran insertarse laboralmente.

Juan Bravo, director del OCEC-UDP, señala que una de las grandes transformaciones de la última década ha sido el aumento de trabajadores con educación terciaria. En marzo-mayo de 2010, solo el 22,4% de la fuerza laboral tenía estudios superiores completos; hoy esa proporción asciende al 41%.

Pero el mayor nivel educativo no garantiza empleabilidad, ni mucho menos un trabajo acorde al nivel de formación. “Tener educación superior completa no garantiza que la persona ejerza una ocupación de alta calificación”, enfatiza Bravo.

La tasa de desempleo más alta para profesionales desde que hay registros

Las cifras lo confirman: en el trimestre marzo-mayo de 2025, la tasa de desempleo para personas con educación superior completa fue de 8,1%, la más alta desde que hay registros (excluyendo la pandemia). Esto representa un alza de 1,4 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior, lo que equivale a 76.229 profesionales desempleados más en un año.

  • En el caso de educación universitaria completa, la tasa subió 1,9 puntos porcentuales.

  • En cambio, quienes cuentan con educación técnica superior completa registraron un alza más leve: 0,2 puntos porcentuales.

  • Las personas con secundaria completa vieron un aumento de 0,3 puntos.

  • En contraste, el desempleo disminuyó en 0,3 pp entre quienes no completaron la enseñanza media.

Jóvenes profesionales: los más golpeados

El segmento más afectado por el desempleo ilustrado son los jóvenes con educación superior completa menores de 30 años, cuya tasa de desocupación llegó al 15,9%, un salto de 3,9 puntos en solo un año.

  • Entre los 30 y 44 años, el alza fue de 0,9 pp.

  • Entre 45 y 59 años, subió 0,6 pp.

  • Y entre los mayores de 60 años, 1,5 pp.

¿Por qué ocurre este fenómeno?

Según el análisis del OCEC-UDP, el alza del desempleo ilustrado obedece a una aceleración en la expansión de la fuerza laboral calificada, sumada a una destrucción de empleos informales que no ha sido compensada por la creación de empleos formales.

Bravo advierte que además hay problemas de desalineación entre la formación académica y la demanda del mundo laboral. “El descalce entre la oferta formativa y las necesidades del mundo productivo es una arista clave que debe abordarse con urgencia”, dice.

¿Más educación, pero menos oportunidades?

El análisis concluye que, aunque una mayor cobertura de educación superior ha elevado el capital humano del país, eso no se ha traducido en empleabilidad suficiente, lo que pone en entredicho la pertinencia del modelo educativo y productivo.

“La libertad de elección de carrera sin información suficiente, la falta de coordinación entre instituciones educativas y empresas, y un estancamiento en el crecimiento económico están afectando gravemente el mercado laboral de los profesionales”, concluye Bravo.

La radiografía del INE y del OCEC-UDP lanza una alerta sobre un problema estructural que exige soluciones profundas, tanto desde la política educativa como desde la reactivación económica.

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