Las elecciones municipales celebradas este domingo en Venezuela reflejaron un nuevo desaire ciudadano al régimen de Nicolás Maduro, con calles vacías y centros de votación prácticamente desiertos, en una imagen que replicó lo ocurrido en los comicios regionales del pasado 25 de mayo.

Pese a la evidente falta de participación, el Consejo Nacional Electoral (CNE) —controlado por el chavismo— anunció una extensión de dos horas del proceso de votación, argumentando una supuesta alta afluencia de votantes que, según los reportes ciudadanos y las imágenes compartidas en redes sociales, no existió en la realidad.

“En virtud de que existen todavía muchos votantes, hay cola en distintos centros electorales, el Consejo Nacional Electoral ha decidido dar una prórroga hasta las 20:00”, declaró Elvis Amoroso, presidente del CNE.

Sin embargo, el escenario en la mayoría de los colegios fue otro: mesas vacías, escasa movilización de votantes y fuerte presencia de la Guardia Nacional Bolivariana, sin señales de actividad electoral significativa.

Oposición denuncia farsa electoral

María Corina Machado, líder de la oposición venezolana y de Vente Venezuela, denunció en sus redes sociales el carácter fraudulento del proceso, afirmando que “ya ni engañar pueden”.

“Han usado toda la plata de los venezolanos para forrarse con la corrupción, para armar la represión y para montar un aparato de mentira”, expresó la excandidata presidencial.

Machado calificó el proceso como una simulación del chavismo para «legitimar su control político» y advirtió que la verdadera lucha ya no se libra en las urnas:

“La lucha ya no es en el plano electoral. Esto es una lucha en la clandestinidad”, sentenció, asegurando que la libertad de Venezuela será un golpe histórico al crimen organizado y al narcotráfico en el continente.

Apoyo internacional y críticas al régimen

El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, volvió a desconocer la legitimidad del régimen de Maduro y aseguró que este lidera una “organización narcoterrorista que se ha apoderado de un país”. Manifestó además su respaldo “inquebrantable a la restauración del orden democrático” en Venezuela.

Rubio subrayó que Maduro “no es el presidente legítimo” y recordó que está vinculado al Cártel de Los Soles, organización criminal involucrada en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

Maduro desafía las críticas y busca el control total

En respuesta, Nicolás Maduro desestimó las denuncias internacionales y defendió la realización de los comicios:

“Nos importa un pito lo que diga el imperialismo. Somos gente rebelde, digna y soberana. No pelamos una elección”, afirmó tras votar en Caracas.

El oficialismo, que ya controla 212 de las 335 alcaldías del país, busca consolidar su hegemonía política con el control total del poder local, incluyendo bastiones opositores como la alcaldía de Maracaibo, cuyo jefe comunal fue recientemente detenido por supuestos delitos de corrupción.

El CNE no entregó cifras oficiales desglosadas de participación ni resultados parciales, lo que ha generado mayores sospechas sobre la transparencia del proceso. Mientras tanto, el chavismo sigue avanzando con su plan de reforma constitucional para 2026, aunque los detalles siguen sin claridad.

La oposición se abstiene y denuncia condiciones inaceptables

La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la mayor coalición opositora, decidió no participar en estas municipales, argumentando que no existen condiciones mínimas de transparencia ni garantías electorales.

Desde su cuenta de X, María Corina Machado reafirmó que el país no reconoce los resultados de unas elecciones sin legitimidad, recordando que, tras la polémica reelección de Maduro el año pasado, la PUD presentó más del 80% de las actas que certificaban el triunfo opositor con el candidato Edmundo González Urrutia, mientras que el CNE chavista nunca entregó actas que respaldaran la supuesta victoria de Maduro.

Con una participación mínima, sin garantías democráticas, y con una oposición marginada por decisión propia, el proceso electoral de este domingo deja al chavismo con el control absoluto, pero con una legitimidad cada vez más erosionada ante la comunidad internacional y, sobre todo, ante su propio pueblo.

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