El Gobierno de Estados Unidos impuso sanciones económicas al juez del Tribunal Supremo de Brasil, Alexandre de Moraes, encargado del juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, por “autorizar detenciones arbitrarias” y “suprimir la libertad de expresión”, informó este miércoles el Departamento del Tesoro estadounidense.

Estas sanciones se aplican en virtud de la ley Global Magnitsky, que castiga a personas vinculadas a violaciones de derechos humanos o corrupción en todo el mundo.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló en un comunicado que Moraes “es responsable de una campaña opresiva de censura, detenciones arbitrarias que violan los derechos humanos y juicios politizados, incluido el del expresidente Jair Bolsonaro”, acusado de intentona golpista. Además, afirmó que el juez “se ha tomado la libertad de ser juez y jurado en una caza de brujas ilegal contra ciudadanos y empresas estadounidenses y brasileñas”.

Como consecuencia, todos los bienes y activos de Moraes en Estados Unidos o bajo control de ciudadanos estadounidenses han sido bloqueados por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). El pasado 18 de julio, el Departamento de Estado revocó la visa del magistrado y de sus familiares cercanos.

Este nuevo paso del gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, intensifica la presión sobre Moraes, al considerar que el juez se extralimita en sus funciones.

El Departamento del Tesoro calificó a Moraes como “uno de los individuos más poderosos de Brasil” y lo acusó de someter a víctimas a “largas detenciones preventivas sin cargos” y de socavar “los derechos de los brasileños y estadounidenses a la libertad de expresión”.

Entre los casos citados por Washington está el arresto de un periodista durante más de un año, así como ataques a políticos opositores, incluyendo a Bolsonaro, y a plataformas estadounidenses de redes sociales.

Asimismo, detallaron que Moraes ha “congelado activos y revocado pasaportes de sus críticos, prohibido cuentas en redes sociales y ordenado a la policía federal brasileña allanar las casas de sus opositores, confiscar sus pertenencias y asegurar su detención preventiva”.

Estas sanciones llegan en medio de un pulso entre el gobierno de Trump y el presidente brasileño izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien denuncia una “caza de brujas” contra Bolsonaro.

En respuesta, Washington ha amenazado con imponer un arancel adicional del 50% a las importaciones brasileñas a partir del viernes, salvo que se alcance antes un acuerdo comercial.

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