La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió este miércoles mantener sin cambios los tipos de interés, marcando la quinta reunión consecutiva en que el organismo opta por sostener su tasa de referencia en un rango de entre 4,25% y 4,50%, a pesar de las fuertes presiones del presidente Donald Trump para recortar los costos de los préstamos.
En su comunicado oficial, la Fed afirmó que «los indicadores recientes sugieren que el crecimiento de la actividad económica se moderó en el primer semestre del año», aunque reconoció que las cifras se han visto afectadas por distorsiones comerciales derivadas de los aranceles impulsados por la administración Trump. Aun así, el banco central alertó que «la incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo elevada», al igual que la inflación.
Discrepancias inéditas en la Fed
Uno de los aspectos más llamativos de esta reunión fue la división interna entre los gobernadores de la Fed, algo poco común en la historia reciente del organismo. Christopher Waller y Michelle Bowman, dos miembros clave del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), expresaron su desacuerdo con la decisión mayoritaria y manifestaron su preferencia por una reducción de 25 puntos base en la tasa de interés.
Esta situación representa la primera vez desde 1993 que dos gobernadores en ejercicio discrepan públicamente de una decisión del comité, reflejando la creciente tensión en la cúpula del banco central frente a un panorama económico marcado por presiones políticas, volatilidad comercial y señales mixtas de crecimiento.
Contexto económico complejo
La decisión de la Fed llega en una semana clave para la economía estadounidense, luego de conocerse que el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 3% en el segundo trimestre, cifra que sorprendió al mercado y superó ampliamente las proyecciones.
Este repunte, sin embargo, se vio influenciado por una caída en las importaciones, luego de que muchas empresas adelantaran sus compras para evitar los aranceles implementados por Trump. Así, aunque el crecimiento parece robusto, los analistas advierten que podría no ser sostenible en el mediano plazo.
La Fed continuará monitoreando los datos económicos y el impacto de las políticas comerciales del gobierno para determinar los próximos pasos de su política monetaria. Mientras tanto, la presión desde la Casa Blanca para recortar las tasas no parece ceder.
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