La Universidad de Harvard ha publicado una serie de investigaciones que confirman lo que muchos expertos ya intuían: las elecciones alimenticias diarias tienen un impacto directo en la longevidad y en la calidad de vida durante el envejecimiento. Respaldados por Harvard Health y medios como GQ y CNBC Make It, los estudios concluyen que una buena dieta no solo prolonga la vida, sino que mejora la vitalidad física y mental con el paso del tiempo.

Envejecer bien: más que sumar años

Los especialistas advierten que el verdadero objetivo no es vivir más años, sino envejecer con independencia, energía y salud integral. Elementos como la alimentación y la actividad física son determinantes para frenar la aparición de enfermedades y el deterioro celular.

Dos de los modelos alimentarios más eficaces, según Harvard, son la dieta Mediterránea y la dieta DASH, ambos centrados en alimentos de origen vegetal, frescos y no procesados, reduciendo el consumo de grasas nocivas y productos ultraprocesados.

“No hay fórmulas mágicas, pero sí hay cambios pequeños y sostenidos que marcan la diferencia a largo plazo”, señala Harvard Health.

El Índice de Alimentación Saludable Alternativa (AHEI)

Uno de los aportes más relevantes es el Índice de Alimentación Saludable Alternativa (AHEI), desarrollado por investigadores de Harvard para medir la calidad nutricional según el tipo y la frecuencia de alimentos consumidos.

Este modelo no exige el veganismo, pero sí promueve que la mayor parte de las calorías provengan de frutas, vegetales, granos integrales y alimentos mínimamente procesados, sin excluir otros grupos alimentarios de forma estricta.

Los 7 alimentos clave para una vida larga y saludable

Según el estudio, estos son los siete grupos alimenticios fundamentales para favorecer una vejez saludable y proteger al cuerpo del deterioro:

  1. Frutas: Llenas de antioxidantes, vitaminas y minerales que refuerzan el sistema inmunitario y protegen a las células.

  2. Verduras: Reducen la inflamación y el estrés oxidativo, principales factores del envejecimiento.

  3. Granos integrales: Avena, arroz integral y quinoa ofrecen fibra, energía sostenida y salud cardiovascular.

  4. Legumbres: Lentejas y garbanzos aportan proteína vegetal, minerales y ayudan a controlar el colesterol.

  5. Frutos secos: Nueces y almendras contienen grasas saludables y antioxidantes que protegen el corazón y el sistema nervioso.

  6. Grasas insaturadas: Aguacate, aceites vegetales y pescados grasos benefician la salud cerebral y cardiovascular.

  7. Lácteos bajos en grasa (con moderación): Fuente de calcio y proteínas, fundamentales para músculos y huesos fuertes.

“Los alimentos saludables proporcionan a las células la energía que necesitan, las estabilizan y ayudan al cuerpo a repararse”, destaca Harvard Health.

Los 5 alimentos que pueden restarte años de vida

En el lado opuesto, Harvard identifica cinco grupos alimenticios que aceleran el deterioro físico y mental, al aumentar el riesgo de enfermedades graves:

  1. Bebidas azucaradas: Como refrescos y jugos industriales, aumentan el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

  2. Carnes rojas (en exceso): Su consumo frecuente se relaciona con cáncer y enfermedades crónicas.

  3. Grasas trans: Comunes en productos fritos y procesados, causan inflamación y daño celular.

  4. Sodio en exceso: Promueve hipertensión y problemas cardíacos.

  5. Carnes procesadas: Embutidos, salchichas y similares contienen conservantes dañinos y aumentan el riesgo de cáncer, obesidad y diabetes.

“Una dieta rica en azúcar y ultraprocesados debilita las células y las hace más vulnerables a enfermedades graves”, advierte Harvard Health.

Conclusión: Comer bien es invertir en años de vida saludable

En definitiva, las investigaciones de Harvard refuerzan una idea clave: la salud no depende solo de los genes, sino también de lo que se pone cada día en el plato. Una dieta balanceada, basada en frutas, verduras, grasas saludables y alimentos reales, no solo previene enfermedades, sino que mejora el bienestar físico y mental a largo plazo.

“Las decisiones cotidianas determinan cómo envejecemos. Comer bien es una forma directa y eficaz de vivir más y mejor”, concluye el estudio.

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