El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, atraviesa uno de los momentos más reservados y delicados de su vida pública. Tras más de 50 años de trayectoria política, hoy vive alejado de los reflectores, con un equipo reducido de colaboradores y lidiando con un agresivo cáncer de próstata, según reveló una fuente cercana al exmandatario a Politico.

“Su personal está compuesto únicamente por uno o dos asesores y un pequeño grupo de agentes del Servicio Secreto […]. Viaja en vuelos comerciales, con poco de ese lujo o exclusividad que a menudo se asocia con los exjefes de Estado”, explicó uno de sus asistentes.

Una figura debilitada fuera y dentro del partido

Lejos de Washington, Biden es aún recibido con afecto ciudadano, pero en el ámbito político su figura se ha convertido en un tema incómodo. Mientras el Partido Demócrata se prepara para las elecciones primarias de 2028, su legado como presidente representa “una carga”, afirma el medio.

La preocupación por su estado cognitivo no ha cesado desde el final de su mandato. Incluso excolaboradores como Pete Buttigieg, exsecretario de Transporte, han tenido que responder públicamente sobre la lucidez mental de Biden durante su presidencia.

La situación también ha puesto bajo presión a su exvicepresidenta Kamala Harris, quien, de haberse postulado a la gobernación de California, habría enfrentado duros cuestionamientos sobre su rol en el posible encubrimiento del deterioro de Biden.

Críticas republicanas y acusaciones de encubrimiento

Desde la oposición, el representante James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, ha sido uno de los principales impulsores de la investigación sobre el estado mental de Biden. «Es casi como si fueran una secta», declaró a Fox News, refiriéndose al círculo de asesores que lo defienden.

El expresidente Donald Trump también ha sido enfático en sus críticas, calificando la situación como “uno de los escándalos más aterradores”. Durante su administración, ordenó una revisión de los indultos y conmutaciones otorgados por Biden al finalizar su mandato.

Pese a las acusaciones, personas cercanas a Biden aseguran que él se mantiene alejado deliberadamente de las investigaciones del Comité de Supervisión. “Realmente se mantiene a distancia, deliberada e intencionalmente, porque honra el proceso de supervisión”, indicó una fuente citada por Politico.

El factor Hunter Biden y los efectos del debate de 2024

Otro actor clave en esta narrativa es Hunter Biden, hijo del expresidente, quien ha llamado la atención por sus declaraciones públicas. En una entrevista reciente, sugirió que el pobre desempeño de su padre en el debate presidencial de junio de 2024 se debió a un medicamento.

“Probablemente crea que lo es y que está haciendo lo mejor para defender a su padre. Pero no le sirve de nada”, opinó un exfuncionario de la Casa Blanca sobre las palabras de Hunter.

Informe pendiente sobre su salud mental

El Comité de Supervisión prepara un informe donde expondrá su evaluación sobre el deterioro cognitivo de Biden, argumentando que “los estadounidenses lo han presenciado con sus propios ojos”. Aun así, desde el entorno del expresidente aseguran que no existen pruebas contundentes y que las acusaciones son más un intento político que una realidad objetiva.

“Están intentando, más o menos, presentar el argumento de que Joe Biden era un veterano en el cargo. Todos los entrevistados saben que no hay pruebas irrefutables. El daño ya estaba presupuestado”, señaló una fuente cercana.

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