Una peculiar estructura rocosa, con apariencia similar a un coral terrestre, ha sido captada recientemente por el róver Curiosity en la superficie de Marte, despertando el interés del equipo científico de la NASA. La formación, bautizada como Paposo, podría estar vinculada a la presencia de agua en el pasado remoto del planeta rojo.

La imagen fue obtenida el 24 de julio de 2025 mediante la cámara instalada en el brazo robótico del rover. Con un tamaño aproximado de cinco centímetros, Paposo presenta una forma ramificada que recuerda a ciertos organismos marinos de la Tierra. Aunque no constituye evidencia biológica, sí representa un indicio geológico de gran valor científico.

Una de las piedras coralinas encontradas por el Curiosity en Marte (NASA/JPL-Caltech)

Vestigio de un Marte más húmedo

Según los especialistas de la NASA, la estructura se habría formado hace miles de millones de años, durante una época en que Marte contaba con una atmósfera más densa y abundante agua líquida. El origen probable estaría en la filtración de agua con minerales a través de grietas en la roca, dejando depósitos sólidos que, con el tiempo, fueron esculpidos por la acción del viento.

El hallazgo se enmarca en la exploración de una región rica en formaciones tipo boxwork, localizadas en las laderas del Monte Sharp, dentro del cráter Gale. Estas redes de crestas minerales están asociadas a la antigua actividad subterránea del agua en Marte, y su estudio es clave para entender los procesos geológicos del planeta.

Curiosity sigue activo tras 13 años de misión

A pesar de llevar más de 13 años en funcionamiento y del desgaste acumulado, el róver Curiosity mantiene su actividad gracias a recientes mejoras de software. Las actualizaciones permiten al vehículo combinar tareas, optimizar el consumo energético y entrar en reposo autónomamente sin esperar órdenes desde la Tierra.

Su fuente de energía, un generador termoeléctrico de plutonio, ha ido perdiendo potencia con el tiempo, pero los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (JPL) han ajustado las operaciones diarias para prolongar la misión científica.

El descubrimiento de Paposo refuerza la hipótesis de que en sus primeras etapas, Marte pudo albergar ambientes propicios para la vida. Aunque aún no existen pruebas directas de organismos pasados, formaciones como esta son fundamentales para reconstruir la historia climática y geológica del planeta rojo.

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