La candidata oficialista Jeannette Jara enfrenta una semana crítica tras admitir errores en su programa de primarias, particularmente en temas sensibles como la nacionalización del cobre y el litio, el salario vital y las AFP. Sus declaraciones, marcadas por rectificaciones y críticas a sus opositores, han expuesto fisuras en su discurso y tensiones al interior de su coalición.
La polémica por la nacionalización del cobre y el litio
El miércoles, durante un debate en la UC, Jara negó haber planteado la nacionalización de los recursos mineros, contradiciendo lo que su propio programa de primarias —un documento oficial presentado al Servicio Electoral— establece textualmente: «promoveremos una minería sustentable y con valor agregado, nacionalizando el litio y el cobre».
Ante la evidencia, Jara reconoció este jueves en Radio Festival de Viña del Mar: «Tengo la hidalguía de reconocer que en el programa hubo un error y ese error se va a corregir». Sin embargo, evitó disculparse con su rival José Antonio Kast, a quien había acusado de mentir en el debate, y en cambio desvió la responsabilidad: «Los únicos que han utilizado la mentira como herramienta política son la gente ligada a Republicanos».
Este episodio no es aislado. Jara ya había enfrentado críticas por otras propuestas de su programa inicial, como el modelo económico basado en la «demanda interna», cuestionado incluso por el ministro de Hacienda, Mario Marcel. Tras las primarias, la candidata moderó su postura, calificando la redacción como «un parafraseo desafortunado» y distanciándose de su exjefe programático, Fernando Carmona (PC).
El salario vital: una promesa en retirada
Otro punto conflictivo ha sido la promesa de un «salario vital de $750.000», bandera inicial de su campaña. Aunque Jara defendió la idea en julio («no hay nada más peligroso que la gente no pueda llegar a fin de mes»), su equipo económico ha dado marcha atrás. Luis Eduardo Escobar, su actual jefe programático, admitió: «Lograr los $750.000 es difícil sin efectos colaterales. No puede ser un compromiso».
La contradicción generó malestar en el PC, con Lautaro Carmona exigiendo definiciones y Eric Campos reafirmando el compromiso. Mientras tanto, el programa original —que menciona seis veces el aumento salarial— hablaba de «avanzar hacia un salario vital» sin especificar montos, aunque Jara y Carmona lo promovieron públicamente. Expertos como Álvaro García (exasesor de Tohá) y David Bravo criticaron la viabilidad de la medida, advirtiendo riesgos para el empleo.
Las AFP: ¿reforma o continuidad?
El miércoles, Escobar descartó el fin de las AFP por falta de «posibilidad política», respaldado por Osvaldo Rosales, quien señaló que no hay «espacio temporal ni político» para cambios estructurales. Jara, sin embargo, mantuvo un tono ambiguo: «Para terminar con las AFP hay varios caminos», mencionando un posible «inversor público», aunque su programa original prometía «poner término» al sistema.
Conclusión: ¿Coherencia o pragmatismo?
Las rectificaciones de Jara reflejan el desafío de conciliar su base programática inicial —marcada por posturas más radicales— con la necesidad de ampliar su atractivo electoral. Si bien ha intentado presentarse como una candidata dialogante («el nuevo programa se elaborará en diálogo con el progresismo»), las contradicciones han dado munición a sus críticos y debilitado su narrativa de transparencia.
En un escenario donde la claridad programática es clave para captar votos indecisos, Jara deberá decidir si profundiza su autocrítica o endurece su discurso para recuperar a sectores descontentos. Por ahora, el mensaje que prevalece es el de una campaña en transición, pero con costos políticos crecientes.
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