El uso de teléfonos inteligentes es tan cotidiano que muchas personas desconocen los riesgos que pueden enfrentar sus componentes internos si no se toman las debidas precauciones, especialmente cuando se trata de la batería.
Uno de los mitos más persistentes en torno al mantenimiento de los celulares está vinculado con la recarga y, en particular, con la costumbre de utilizarlos mientras permanecen enchufados.
Por qué no se debe usar el teléfono mientras se carga
Tanto Samsung como otros referentes de la industria han sido claros: usar el smartphone durante la recarga no es recomendable si se busca prolongar la vida útil de la batería. Esta advertencia no se basa únicamente en la comodidad, sino en factores técnicos relacionados con las baterías de iones de litio, presentes en la mayoría de los teléfonos actuales.
El principal argumento de los expertos es el incremento de la temperatura interna al combinar la carga eléctrica con un procesamiento intensivo, como ocurre al jugar videojuegos o reproducir videos en streaming.
Durante la carga, la batería ya genera calor; si se suman tareas exigentes, el dispositivo puede superar los 30 °C recomendados, lo que acelera el desgaste químico del componente. En ambientes calurosos o húmedos, el riesgo aumenta, pudiendo provocar fallos internos o pérdida de capacidad de carga.
El especialista Andrés Bursztyn, vicedecano y director de Ingeniería en Sistemas de Información en la UTN, advierte que temperaturas superiores a 40 °C pueden generar depósitos de litio metálico que dañan el electrolito interno, reduciendo de forma considerable la vida útil de la batería.
Otro problema es que, al usar el móvil conectado, la batería entra en un ciclo de “descarga parcial” mientras intenta recargarse al mismo tiempo. Según datos técnicos, esta práctica puede reducir la vida útil hasta en un 25% en un año.
Consejos para cargar el smartphone de manera segura
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Limitar el uso a tareas básicas mientras se carga, evitando aplicaciones que demanden alto procesamiento.
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Si se debe realizar una llamada urgente, usar manos libres para reducir el contacto y la acumulación de calor.
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Colocar el teléfono en superficies que permitan la disipación del calor, evitando fundas cerradas o materiales aislantes.
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Activar funciones como “carga optimizada” en Android o “carga rápida inteligente” en iOS, que aprenden de los hábitos del usuario y reducen el tiempo al 100% de carga.
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Usar cargadores originales o certificados, evitando dispositivos genéricos que pueden entregar corriente inestable.
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Evitar la carga durante toda la noche para prevenir sobrecalentamiento.
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Mantener la carga entre 20% y 80% para conservar la capacidad máxima y prolongar la vida útil.
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Alejar el dispositivo de materiales inflamables mientras carga.
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Prestar atención a signos de daño como hinchazón, sobrecalentamiento o fallos de carga.
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Optimizar el consumo energético cerrando aplicaciones en segundo plano, reduciendo el brillo de pantalla y usando modo oscuro.
En resumen, evitar el uso intensivo del teléfono mientras se carga y aplicar prácticas de cuidado inteligente puede marcar una gran diferencia en la durabilidad de la batería y en la seguridad del dispositivo.
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