A 72 horas de la esperada Cumbre de Alaska entre Donald Trump y Vladimir Putin, el clima político internacional se encuentra cargado de tensiones. El objetivo declarado de la reunión es avanzar en un acuerdo de paz para Ucrania y Rusia, pero las posiciones de las partes involucradas parecen más alejadas que nunca.

Según trascendió, Putin planteó que cualquier pacto con Volodimir Zelensky debe incluir la entrega formal a Rusia de Donetsk, Luhansk, Kherson, Zaporizhzhia y la península de Crimea. Trump habría aceptado la lógica de negociación del Kremlin, aunque sin convalidar todas las exigencias territoriales, tal como se expusieron en un memo reservado entregado a su enviado especial, Steve Witkoff.

La respuesta de Ucrania y de la Unión Europea fue tajante: no habrá acuerdo de paz que implique ceder territorios. Pese a ello, Trump insistió: “Habrá intercambios de territorios para beneficio de ambos”.

La tensión creció cuando Friedrich Merz (Alemania), Giorgia Meloni (Italia) y Emmanuel Macron (Francia) exigieron que Zelensky participe en la Cumbre y que exista un cese del fuego inmediato como condición previa. La Casa Blanca rechazó ambas demandas, confirmando que Trump y Putin se verán a solas, mientras la guerra continuará hasta un eventual armisticio aceptado por Kiev.

En la Casa Blanca, Trump criticó la posición del presidente ucraniano: “Tiene la aprobación para entrar en guerra y matar a todos, ¿pero necesita aprobación para un intercambio de tierras? Sé que habrá cosas buenas y malas para ambas partes, pero es muy complejo y habrá cambios en la distribución de tierras”.

Estas declaraciones molestaron profundamente a Zelensky y a los líderes europeos, que temen un retroceso diplomático. Para evitar un colapso en las negociaciones, Merz convocó a una cumbre virtual de mandatarios europeos que se realizará mañana, seguida de una reunión con Trump, Witkoff, JD Vance (vicepresidente de EE.UU.) y Marco Rubio (secretario de Estado).

Trump confirmó que asistirá al encuentro virtual, pero aclaró que llevará su propia agenda a Alaska.

“Me llevo bien con Zelensky, pero discrepo profundamente con lo que ha hecho. Esta es una guerra que nunca debió haber ocurrido… hablaré con él y con Putin. Me gustaría ver el mejor acuerdo posible para ambas partes. Para bailar el tango se necesitan dos”.

En Washington temen que la negativa de Zelensky a apoyar una negociación sin su presencia termine por desautorizar a Trump frente a Putin, un escenario que en la Casa Blanca califican como “catastrófico para todos”.

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