El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se refirió este jueves a los hechos de violencia registrados el día anterior en las inmediaciones del Liceo José Victorino Lastarria, en Santiago, y abordó los avances de la mesa conjunta con el Ministerio de Educación que busca prevenir este tipo de situaciones en establecimientos educacionales.
Durante sus declaraciones, el ministro fue enfático en distinguir dos escenarios distintos respecto a los hechos de violencia vinculados a los colegios: los que se originan en problemas de convivencia escolar y aquellos que responden derechamente a actos delictuales.
“En la mesa de trabajo que está vinculada a Educación y Seguridad Pública, tiene que ver con aquellos aspectos sobre la comisión de ilícitos dentro de establecimientos que tienen su origen en convivencia escolar. La comisión de delitos con arma blanca al interior y similares, o riñas y demás”, explicó el secretario de Estado.
Inicio de trayectorias delictuales en edades tempranas
Cordero también subrayó la preocupación por el involucramiento de niños, niñas y adolescentes en hechos delictivos, señalando que muchos de estos casos corresponden a manifestaciones tempranas de circuitos delictuales que se expresan dentro del entorno escolar.
“Tiene también que ver con el estudio de las trayectorias de los niños, niñas y adolescentes que están involucrados en estos casos y que habitualmente están vinculados a inicios de etapas muy tempranas de un circuito delictual que tiene una manifestación en convivencia escolar”, agregó.
Sin embargo, fue claro al afirmar que lo ocurrido fuera del liceo Lastarria no puede considerarse como un asunto de convivencia escolar: “Lo que sucede fuera de lo emblemático no tiene nada que ver con convivencia escolar. Eso es puro y duro delincuencia«, sentenció el ministro.
Presencia policial permanente es una señal de alarma
Cordero también cuestionó la normalización de la violencia y la presencia constante de fuerzas policiales fuera de los liceos emblemáticos. “Que tengamos servicios policiales de control de orden público todos los días, todas las semanas, fuera de los liceos emblemáticos, es completamente anormal”, expresó.
“¿Para qué? Para que un grupo específico de personas que atemorizan sus comunidades educativas utilicen la violencia y, en el caso de bombas molotov, lo hagan fuera del establecimiento”, añadió.
Rechazo a «Aulas Seguras» como única solución
El ministro descartó que políticas como «Aulas Seguras» sean suficientes para enfrentar esta problemática, insistiendo en que lo que se está viendo es delincuencia que debe ser perseguida penalmente.
“Lo que sucede ahí no es convivencia escolar, eso es delincuencia pura. Y el mecanismo más eficaz para abordar eso, yo creo que hay que olvidarse de Aulas Seguras. Usted puede aplicar Aulas Seguras si quiere, pero lo que está pasando ahí es la comisión de delitos que tienen que ser perseguidos intensamente por el sistema penal«, sostuvo.
Adultos podrían estar promoviendo ilícitos en liceos
Finalmente, Cordero reveló que existen antecedentes de participación de adultos externos en la promoción de hechos delictivos dentro o cerca de algunos establecimientos educacionales.
“Tenemos antecedentes de que en algunos de estos establecimientos, la promoción de la comisión de ilícitos es realizada por adultos ajenos o asociados a esas comunidades educativas”, advirtió.
En su conclusión, el ministro fue categórico: “Llegó el momento de mirar estos casos como lo que son: problemas de seguridad y persecución penal, no problemas de convivencia escolar. Por eso quiero separar lo que ocurre dentro del establecimiento, donde hay violencia escolar, de lo que está fuera, que son sujetos que utilizan y atemorizan a sus comunidades educativas con fines delictuales”.
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