Una verdadera batalla campal se vivió en el Estadio Libertadores de América, luego de que grupo de barristas de ambos equipos comenzaran a lanzarse objetos contundentes, entre piedras, butacas, además de bombas de ruido.

El conflicto no está claro como comenzó, pero de manera general fue debido al lanzamiento de objetos por parte de la barra Los de Abajo, derivó en respuestas desde la otra tribuna de Independiente. Esa situación desencadenó en una corrida por parte de la barra brava del Rojo con alrededor de 100 individuos, ante unos 10 azules que permanecían dentro de su tribuna.

Si bien la voz del estadio había ordenado a los visitantes que se retiren de la tribuna y amenazaba con pósenle sanciones, los más violentos seguidores de La U no se marcharon, rompieron una puerta y comenzaron a tirar objetos de un baño hacia la tribuna «Garganta del Diablo», ubicada en un costado donde algunos tuvieron que abandonar ese sector.

Pese a los actos de vandalismo, no habían policías en ese sector (pese a que el Club contrató a 650 efectivos de la provincia de Buenos Aires y 150 privados) y no intervinieron para controlar la situación, ya que la Conmebol ordenó que no estuvieran en ese sector. Increíble, pero cierto.

Luego de dos suspensiones en el comienzo del segundo tiempo, y pese a que los propios jugadores de ambos equipos pidieron terminar con los enfrentamientos, abandonaron el campo de juego y el partido se suspendió provisoriamente. Finalmente terminó cancelado.

Pero eso no sería todo, esto pues cuando ya se había retirado todo el grosor de los hinchas de la U, un grupo de más de 100 hinchas de la barra brava del Rojo se metieron a la tribuna y comenzaron a golpear a cerca de 10 a 20 hinchas azules, muchos de ellos menores de edad y tuvieron que arrancar hacia distintos lados, mientras que otros terminaron seriamente golpeados y desnudados. Actualmente muchos de los heridos están siendo traslados al Hospital de Fiorito de Avellaneda.

por Ignacio Soto Bascuñán