Gabriel Boric ha intensificado sus críticas públicas contra las políticas de su homólogo estadounidense, Donald Trump, desatando un debate entre analistas y exdiplomáticos sobre la prudencia de su estrategia y sus potenciales impactos en la relación bilateral y los intereses comerciales de Chile.
Las Críticas: De Museos a Aranceles
Por segunda vez en una semana, Boric cuestionó abiertamente las decisiones de Trump. Primero, a través de sus redes sociales, calificó de “absolutamente inaceptable” la orden del gobierno estadounidense de revisar exhibiciones museológicas consideradas “divisivas”, argumentando que tal acción “socava la democracia” en EE.UU. Horas después, durante el foro de exportadores Enexpro 2025, amplió sus críticas al terreno económico, atacando las nuevas políticas arancelarias de Washington hacia India y la “arbitrariedad” de su operación.
Esta postura no es nueva. El análisis de sus intervenciones anteriores—desde calificar de “bravuconadas” sus comentarios sobre el Canal de Panamá en enero hasta compararlo con un “nuevo emperador” en abril—revela un patrón de confrontación directa que, para algunos, excede el protocolo diplomático tradicional.
La Contraparte Experta: Preocupación por el Interés Nacional
La reiteración de estas críticas ha encontrado un fuerte escepticismo en círculos especializados en política exterior. La unanimidad entre los expertos citados radica en la preocupación por el potencial riesgo económico-comercial para Chile.
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Prudencia y Canales Formales: Mariano Fernández (DC), ex canciller y exembajador en EE.UU., aunque crítico de Trump, fue contundente: “Boric debe ser más prudente”. Fernández subrayó que la vía adecuada es “manifestar diplomáticamente, mediante notas verbales”, y advirtió que “el método [provocador] de Trump no debe ser emulado”.
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Evaluación de Consecuencias: Pablo Cabrera, exdirector de la Academia Diplomática, señaló que “este tipo de declaraciones deberían evitarse” por principio, haciendo hincapié en la necesidad de evaluar el “panorama internacional y el tipo de negociaciones” en curso, como la fase final de la discusión arancelaria que lidera la subsecretaria Claudia Sanhueza.
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El Interés Nacional como Prioridad: Paz Zarate, analista en derecho internacional, fue directa: “En nada beneficia a Chile”. Cuestionó el uso de redes sociales para opinar sobre asuntos internos de EE.UU. y se preguntó abiertamente si este tono “aleccionador” beneficia a Chile en la negociación comercial. Patricio Torres Espinosa, exembajador, añadió que sus expresiones “comprometen al país y a su política exterior”, recordando que la relación con EE.UU. es “fundamental”.
Análisis: Estrategia Política vs. Diplomacia de Estado
Frente a las críticas, surge la pregunta sobre la motivación tras estas declaraciones. Las fuentes analizan dos posibles escenarios:
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Audiencia Interna: Algunos analistas, según la nota, indicaron que sus dichos “no respondían a los intereses de la diplomacia chilena” y que su única explicación sería “hablarle a su base política”.
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Proyección Regional: Para otros, la reiteración de las críticas “apuntan a perfilarse como un referente de izquierda en la región”, siguiendo el modelo del expresidente uruguayo Pepe Mujica.
Conclusión: Un Gobierno de Salida en un Escenario Incierto
El académico y exembajador Samuel Fernández introduce un matiz clave que podría mitigar el riesgo: la condición de gobierno de salida de la administración de Boric. Fernández resta dramatismo al afirmar: “No creo que sea una sorpresa para EE.UU.” y proyecta que es probable que Washington prefiera “entenderse con las nuevas autoridades”, por lo que “no va a traer ninguna consecuencia mayor”.
En resumen, el tono elegido por el Presidente Boric, si bien coherente con su postura ideológica, es evaluado por expertos diplomáticos como un movimiento de alto riesgo que prioriza una narrativa política por sobre la tradicional cautela diplomática, en un momento donde los intereses comerciales nacionales penden de delicadas negociaciones con la administración de Trump.