El presidente de Francia, Emmanuel Macron, enfrenta una de las crisis políticas más graves de su mandato, tras el inminente colapso del gabinete liderado por el primer ministro François Bayrou, en medio de tensiones crecientes en la Asamblea Nacional y una situación fiscal cada vez más frágil.

Presupuesto impopular y mayoría en riesgo

El detonante de la crisis fue la propuesta presupuestaria para 2026, presentada por Bayrou, que contempla recortes por 44.000 millones de euros y la eliminación de dos días feriados, una medida que generó rechazo transversal en la Cámara Baja del Parlamento.
Con su gobierno en minoría parlamentaria, Bayrou deberá enfrentar un voto de confianza el próximo lunes, cuyo resultado se anticipa desfavorable.

La eventual salida del primer ministro provocaría la caída del segundo gobierno de Macron en menos de un año, lo que profundizaría la inestabilidad política en la segunda economía de la Unión Europea.

Economía en tensión: deuda récord y mercados nerviosos

En paralelo al colapso político, los mercados financieros han reaccionado con preocupación. Esta semana, el costo del endeudamiento a largo plazo de Francia alcanzó el 4,50%, su nivel más alto desde 2011, mientras que la deuda pública llegó al 114% del PIB y el déficit fiscal al 5,8% del PIB en el primer trimestre de 2025.

Intento de pacto con los socialistas, sin consenso en el horizonte

Ante el riesgo de ingobernabilidad, Macron convocó a su alianza centrista y a los conservadores de Los Republicanos (LR) a explorar un posible acuerdo con el Partido Socialista (PS).

El líder del PS, Olivier Faure, abrió la puerta a participar en el gobierno, aunque condicionó su apoyo a un giro en la política fiscal y social del Ejecutivo. Entre sus exigencias:

  • Suspensión de la reforma de pensiones de 2023.

  • Reducción del plan de recortes a la mitad.

  • Nuevos impuestos a las grandes fortunas.

  • Liderazgo de un gobierno de izquierda.

Estas demandas representan líneas rojas para la coalición presidencial, mientras que Los Republicanos rechazan cualquier alianza con el PS. “No podemos tener un acuerdo de gobierno con el PS”, declaró Gérard Larcher, presidente del Senado.

Escenario parlamentario fragmentado e incertidumbre electoral

La actual crisis es resultado de las elecciones legislativas anticipadas de junio de 2024, convocadas por Macron tras la victoria de la ultraderecha en los comicios europeos. El resultado dejó una Asamblea Nacional dividida en tres bloques: izquierda, centroderecha y extrema derecha, sin que ninguno tenga mayoría propia.

Dos encuestas recientes indican que nuevas elecciones no garantizarían una mayoría clara, aunque sí proyectan un avance significativo de la extrema derecha, liderada por Marine Le Pen y Jordan Bardella. Mientras tanto, la base de apoyo del oficialismo continúa cayendo, y la popularidad de Macron se mantiene en mínimos históricos.

Crecen los llamados a renuncia y a elecciones anticipadas

Desde distintos sectores políticos, han comenzado a surgir llamados a la renuncia de Macron y la exigencia de nuevas elecciones. El ex presidente Nicolas Sarkozy afirmó que el adelanto electoral es la única “solución viable”. Por su parte, desde la izquierda, el diputado François Ruffin fue tajante: “Macron perdió toda la legitimidad”.

Protestas en el horizonte

En medio de la incertidumbre institucional y económica, la tensión social va en aumento. Se ha convocado una protesta nacional el próximo 10 de septiembre a través de redes sociales, mientras que los sindicatos han llamado a manifestarse el 18 de septiembre en rechazo a las políticas económicas y sociales del gobierno.

¿Camino a una nueva disolución parlamentaria?

Con un Parlamento dividido, oposiciones irreconciliables, una economía tensionada y una sociedad movilizada, Emmanuel Macron enfrenta la posibilidad real de una nueva disolución de la Asamblea Nacional, lo que abriría un nuevo capítulo en una crisis que amenaza con alterar el curso político y económico de Francia.

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