En un discurso cargado de tensión, el dirigente oficialista Diosdado Cabello, considerado el “número dos” del chavismo, hizo un llamado a pasar de una revolución pacífica a una revolución armada. Las declaraciones fueron transmitidas en cadena nacional a través del canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), en medio del creciente despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe.
“Llegó la hora de la guerra revolucionaria contra un enemigo poderoso”, afirmó Cabello, en clara alusión a Estados Unidos, al que acusó de amenazar la soberanía venezolana.
“Guerra en todos los frentes” y participación popular
El también ministro de Interior y Justicia del régimen chavista sostuvo que la confrontación no debe limitarse a las fuerzas armadas tradicionales. En su intervención, subrayó que: “Este partido debe revisar inmediatamente todas las formas, más allá de lo que ya existe: nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, nuestra milicia, cuerpos policiales y organización popular”.
Cabello insistió en que una posible confrontación con Washington no sería convencional y que se requerirá una resistencia prolongada, con participación de todos los sectores: “Esa guerra que no será convencional se librará en todos los sitios, en todos los terrenos, en todos los frentes, con lo que tengamos a mano”.
Comparaciones con Vietnam y advertencias internas
En una analogía histórica, Cabello mencionó el conflicto de Vietnam como ejemplo de resistencia: “Quien quiera recuerde a Vietnam (…), cuando un pueblo pequeño, pero con una voluntad férrea y unido, fue capaz de darle una soberana lección al imperialismo norteamericano”.
El dirigente también lanzó una advertencia directa a quienes considera traidores internos: “Verán los vendepatrias que están aquí qué van a hacer, pero a la hora de defender la patria, la duda es traición”.
Promesas de resistencia prolongada
En otro momento del discurso, Cabello proyectó un conflicto de larga duración: “Si se meten con Venezuela, esa guerra no va a durar dos días, ni tres, ni cuatro, ni cinco. Serán 100 años de guerra, pero los vamos a derrotar”.
Y agregó: “Llamo a una resistencia activa prolongada, porque Estados Unidos nunca va a estar preparado para una guerra prolongada”.
Según Cabello, más allá del poder militar de EE.UU., el verdadero enfrentamiento llegará cuando haya presencia en tierra venezolana: “Algún día, más allá de sus aviones, de sus submarinos, de sus naves nucleares, tendrán que poner los pies en tierra venezolana y ahí van a saber de qué está hecho este pueblo”.
Contexto: despliegue militar de EE.UU. en el Caribe
Las declaraciones de Cabello se producen en medio de un notorio aumento del despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, con ocho buques equipados con misiles y un submarino de propulsión nuclear en la región, además del reciente envío de diez aviones de combate F-35 a una base aérea en Puerto Rico.
Desde Washington, el gobierno de Joe Biden ha señalado que estas operaciones tienen como objetivo reforzar la lucha contra el narcotráfico en la región.
El pasado martes, la Casa Blanca reiteró que considera “ilegítimo” al régimen de Nicolás Maduro, y lo acusa de participar activamente en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
La Casa Blanca y el caso del Tren de Aragua
La portavoz del gobierno estadounidense, Karoline Leavitt, se refirió esta semana al reciente operativo contra una embarcación vinculada al Tren de Aragua, en el que murieron 11 presuntos miembros de la banda criminal.
“Esto envía un mensaje claro a los narcotraficantes del mundo: el presidente no lo tolerará”, aseguró Leavitt, y subrayó que la droga incautada en la lancha podría haber causado la muerte de miles de estadounidenses.
Cabello: “No buscamos guerra, pero debemos estar listos”
Pese al tono bélico de sus declaraciones, Cabello también trató de matizar su postura: “Nosotros no estamos llamando a guerra de ningún tipo, ni queremos guerra con nadie. Pero nuestro pueblo debe estar preparado y alerta, en todas las instancias, en todos los frentes, de todas las maneras y formas”.
Y concluyó: “No subestimamos ninguna amenaza. Tampoco la sobrestimamos y mucho menos la desestimamos (…). Nos preparamos para lo peor siempre”.
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