A lo largo de la historia, diversos documentos coloniales han dejado constancia de extraños fenómenos aéreos ocurridos durante la época de la conquista española en América Latina, siglos antes de que el término OVNI (Objeto Volador No Identificado) fuera acuñado en el siglo XX.

Crónicas coloniales con descripciones misteriosas

Entre los textos más citados se encuentra la «Historia general de las cosas de la Nueva España» de Fray Bernardino de Sahagún, escrita en el siglo XVI, donde se relatan varios presagios y señales celestes ocurridos antes de la llegada de los conquistadores españoles a México.

«Durante diez años antes de la llegada de los españoles, se vieron en el cielo fuegos resplandecientes que surcaban el firmamento de oriente a occidente…», señala uno de los presagios registrados por los sabios nahuas recogidos por Sahagún.

También se menciona que «una gran llama en forma de espiga apareció durante la noche», y que se escuchaban estruendos provenientes del cielo, sin explicación aparente. Para los pueblos originarios, estos fenómenos eran interpretados como omens o señales de un cambio profundo, lo que se relacionó más tarde con la caída del imperio mexica.

Testimonios desde Sudamérica

En el actual territorio peruano, cronistas como Pedro Cieza de León y Garcilaso de la Vega también registraron sucesos extraños en los cielos durante las primeras expediciones españolas.

Uno de estos relatos menciona que «luces celestes se movían en formación» en las montañas andinas, observadas por soldados españoles y líderes indígenas, generando temor y desconcierto.

Aunque en su contexto eran considerados señales divinas, fenómenos naturales o manifestaciones sobrenaturales, algunos historiadores modernos y entusiastas de la ufología han reinterpretado estos relatos como posibles avistamientos tempranos de ovnis.

¿Fantasía, símbolos o realidad?

Historiadores coinciden en que muchas de estas descripciones podrían explicarse por fenómenos naturales conocidos hoy, como:

  • Meteoritos o bólidos

  • Auroras australes (raras, pero posibles en latitudes del sur)

  • Erupciones volcánicas lejanas

  • Efectos ópticos en la atmósfera

Sin embargo, otros sostienen que la similitud entre testimonios separados geográficamente (desde México hasta Perú) y el uso de términos como «esferas de fuego» o «ruido en el cielo sin nube» podrían apuntar a algo más.

«Hay elementos en estas crónicas que no pueden ser fácilmente descartados como mitología o superstición. En el contexto moderno, los llamaríamos fenómenos aéreos anómalos», señala el historiador y escritor español Juan José Benítez, autor de la saga «Caballo de Troya».

Un debate que sigue vigente

Aunque no existen pruebas concluyentes de que los pueblos originarios o los conquistadores presenciaran ovnis en el sentido moderno, la riqueza de los testimonios escritos demuestra que los cielos americanos siempre han sido objeto de misterio, asombro y especulación.

Hoy, con un renovado interés global por los fenómenos aéreos no identificados —impulsado por informes desclasificados y declaraciones de gobiernos como el de EE.UU.—, estos antiguos relatos han recobrado interés tanto entre ufólogos como historiadores culturales.

¿Dónde leer más?

  • «Historia general de las cosas de la Nueva España», Fray Bernardino de Sahagún

  • «Crónica del Perú», Pedro Cieza de León

  • «Comentarios Reales de los Incas», Inca Garcilaso de la Vega

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