En un anuncio que marcó un hito durante su intervención ante la 80° Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Chile, Gabriel Boric, oficializó la candidatura de la ex Presidenta Michelle Bachelet al cargo de secretaria general de la ONU, sucediendo al actual líder del organismo, António Guterres.

Con ello, Boric no solo confirmó una información que ya circulaba en medios diplomáticos y políticos, sino que también entregó un respaldo enfático a la trayectoria internacional de Bachelet, quien ha liderado entidades clave como ONU Mujeres y fue Alta Comisionada de Derechos Humanos.

Con su liderazgo, las Naciones Unidas podrán recuperar credibilidad, eficacia y propósito frente a los desafíos de nuestro tiempo”, señaló Boric en su discurso, destacando además el legado de Guterres, de quien afirmó que “ha dado lo mejor de sí por la dignidad de la humanidad toda desde esta institución”.

Reacciones en Chile: apoyo oficialista y críticas opositoras

El anuncio tuvo un inmediato eco en el ámbito político chileno, donde las reacciones se dividieron entre el respaldo desde el oficialismo y las críticas desde la oposición.

El diputado de Renovación Nacional, Diego Schalper, acusó que Boric se “extralimitó” al comprometer una decisión que —según él— debería corresponder al próximo gobierno: “Nos parece totalmente inoportuno que el Presidente comprometa una definición que le corresponde al gobierno que sigue… Se ha extralimitado e inapropiadamente comprometido una voluntad de Estado”, dijo.

En tanto, el presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, señaló que Boric cometió un error al mezclar “política de Gobierno con política de Estado”, y sostuvo que: “La nominación para presidir la ONU es una política de Estado, y le tocará al próximo gobierno definir su rumbo internacional”.

Un proceso largo y complejo: el veto del Consejo de Seguridad

Aunque la candidatura ya está en marcha, el camino de Bachelet hacia el cargo de secretaria general es largo y diplomáticamente complejo. La elección requiere del respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, compuesto por 15 miembros, de los cuales cinco son permanentes: Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Reino Unido, todos con poder de veto.

Uno de los focos de incertidumbre es precisamente Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump, actualmente en funciones, ha sido blanco frecuente de las críticas de Boric, incluso durante su discurso ante la ONU, especialmente en temas como el cambio climático y energía limpia.

¿Asunto de Estado o decisión personalista?

A pesar de la polémica, varios excancilleres chilenos coincidieron en que una postulación como esta debe entenderse como una apuesta de país.

El excanciller Ignacio Walker destacó la necesidad de generar consenso interno, a pesar del clima político polarizado: “¿Beneficia o perjudica a la política exterior chilena que se postule una ex Presidenta latinoamericana y mujer al cargo? Claramente nos beneficia, incluso si el próximo gobierno fuera de derecha”, afirmó.

Walker, además, advirtió que la campaña no será sencilla: “El gasto es grande. Esto no es gratis. Hay que financiarlo, redireccionar recursos. Incluso estamos un poco atrasados, porque hacia el primer semestre de 2026 debiéramos tener claro qué está ocurriendo en el Consejo de Seguridad”.

Estrategia y recursos: ¿cómo se desplegará Chile?

Según el excanciller Heraldo Muñoz, el despliegue internacional estará a cargo de la Cancillería y las embajadas de Chile en el exterior, mediante la búsqueda de apoyos formales e incluso mediante la práctica de intercambio de votos.

“Más que un gasto, será una inversión en prestigio para Chile al postular una mujer chilena al mayor cargo de la diplomacia multilateral”, comentó.

El también excanciller Mariano Fernández subrayó que por ahora, el gasto estará contenido en el presupuesto ordinario de la Cancillería, pero que desde enero próximo, con la intensificación de contactos diplomáticos, podría requerirse un presupuesto adicional para cubrir viajes internacionales, participación en foros clave y reuniones bilaterales.

“No es una campaña con publicidad callejera, pero sí es fundamental la comunicación estratégica del mensaje de la candidata y la negociación de apoyos”, puntualizó Fernández.

El desafío diplomático y político de Bachelet

La candidatura de Michelle Bachelet, por tanto, se instala como uno de los grandes temas de política exterior chilena de cara a 2026. Implica una movilización institucional, un despliegue diplomático a escala global y la necesidad de unidad interna para enfrentar las resistencias políticas tanto dentro como fuera del país.

Aunque el actual respaldo proviene del gobierno de Boric, el proceso trasciende a su administración y requerirá —tarde o temprano— del compromiso del próximo gobierno chileno, sea del mismo signo político o de la oposición.

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