La Justicia argentina confirmó este lunes el procesamiento del expresidente Alberto Fernández en la causa por violencia de género contra su expareja, la ex primera dama Fabiola Yáñez, y ratificó las acusaciones en su contra por lesiones leves y graves agravadas por mediar violencia de género, así como por amenazas coactivas.

De ser hallado culpable, Fernández arriesga hasta 18 años de prisión, según el marco penal establecido por la legislación argentina para este tipo de delitos.

Origen de la causa: hallazgo durante otra investigación

La causa se originó en agosto de 2023, en el marco de una investigación por presunta corrupción en contratos de seguros firmados durante su gobierno. En ese contexto, la justicia encontró mensajes de WhatsApp en los que Fabiola Yáñez relataba a la secretaria privada del entonces mandatario que había sido agredida físicamente por él.

Ante ese hallazgo, el fiscal Ramiro González abrió una investigación paralela por violencia de género, que incluyó allanamientos y el secuestro del teléfono celular del expresidente.

Avance del caso: pruebas y procesamiento formal

El juez federal Julián Ercolini, a cargo del caso, reunió una serie de pruebas testimoniales, pericias forenses y comunicaciones digitales, que lo llevaron a dictar el procesamiento formal de Alberto Fernández. Esta decisión implica que existen indicios suficientes para avanzar hacia un juicio oral.

Por su parte, la defensa del exmandatario, encabezada por los abogados Silvina Carreira y Yamil Castro Bianchi, calificó el caso como una «operación judicial y mediática» cuyo objetivo sería «cancelarlo política y socialmente».

En su declaración ante el tribunal, Fernández negó haber ejercido violencia contra Yáñez y aseguró que se trata de una causa manipulada para dañar su imagen pública.

Fiscalía pide juicio y apartan a juez Ercolini

El fiscal González solicitó formalmente el cierre de la investigación y su elevación a juicio oral, mientras que la defensa del expresidente ha presentado múltiples apelaciones en distintas instancias.

En paralelo, la Cámara Federal de Casación Penal resolvió apartar al juez Julián Ercolini del caso, acogiendo un planteamiento de Fernández por falta de imparcialidad.

La decisión fue adoptada por la Sala II, integrada por los jueces Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Guillermo Yacobucci, quienes reconocieron que existía una “antigua relación de amistad y posterior enemistad” entre Fernández y Ercolini, lo que podría afectar la objetividad del proceso.

“La medida busca alejar cualquier temor de parcialidad que pudieran albergar las partes”, señala la resolución.

A pesar del apartamiento, las actuaciones realizadas por Ercolini se mantienen vigentes, lo que significa que el procesamiento del expresidente no será anulado.

Relación previa entre Fernández y el juez

Según declaró Alberto Fernández, conoció a Ercolini durante su época como docente en la Facultad de Derecho, y habría intercedido a su favor cuando fue nombrado juez federal mientras él era jefe de Gabinete. Sin embargo, la relación se deterioró tras varios fallos judiciales adversos y por denuncias que el propio Fernández interpuso contra el magistrado.

Un caso sin precedentes

Este caso marca un hecho inédito en la política argentina: es la primera vez que un expresidente es procesado judicialmente por violencia de género. Ahora, la justicia deberá designar un nuevo juez que determine si el caso se elevará finalmente a juicio oral.

Las pruebas recolectadas hasta ahora, incluyendo testimonios, pericias médicas y conversaciones digitales, serán claves en la próxima etapa del proceso.

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