Nuevos datos obtenidos por el telescopio Keck II en Hawái el pasado 24 de agosto de 2025 revelan comportamientos y características químicas nunca antes observados en un objeto celeste de su tipo. El protagonista es 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar confirmado tras ‘Oumuamua (1I/2017 U1) y 2I/Borisov, cuya naturaleza sigue generando interrogantes entre astrónomos y astrofísicos de todo el mundo.

Observaciones desde el telescopio Keck II y una anticola en dirección al Sol

Durante la observación, 3I/ATLAS se encontraba a 2,75 UA del Sol y 2,6 UA de la Tierra (1 UA es la distancia media entre la Tierra y el Sol). Las imágenes captadas por el Espectrógrafo de la Red Cósmica de Keck (KCWI) —en el rango de 0,3425 a 0,55 micrómetros— muestran una sorprendente y poco habitual extensión de anticola en dirección solar, fenómeno que contradice la física tradicional de los cometas.

Emisión de níquel, pero sin hierro: una anomalía sin precedentes

Lo más desconcertante de los datos es la presencia destacada de emisión de níquel (Ni) en el espectro del gas alrededor del objeto, sin rastro alguno de hierro (Fe). Esta combinación es totalmente atípica en cuerpos naturales del sistema solar e incluso en cometas interestelares como 2I/Borisov, que sí mostraba características similares a cometas convencionales.

Según el nuevo estudio, esta anomalía solo se ha observado en aleaciones de níquel industriales, específicamente aquellas producidas mediante la vía química del carbonilo, que implica la formación y descomposición del compuesto Ni(CO)₄ (tetracarbonilo de níquel). Este compuesto es altamente volátil y requiere condiciones específicas para formarse.

«Esta formación in situ de Ni(CO)₄ predice que el níquel debería estar fuertemente concentrado cerca del núcleo», sostienen los autores del estudio.

Concentración de níquel cerca del núcleo: imagen de banda estrecha lo confirma

Una imagen en banda estrecha obtenida por el KCWI, centrada en las emisiones de níquel (0,3865–0,3885 µm) y cianuro (CN, 0,3605–0,3625 µm), muestra precisamente lo que predice el modelo: una concentración central de níquel más pronunciada que la del cianuro.

  • La emisión del níquel se extiende hasta un radio de 600 km desde el núcleo.

  • El cianuro se extiende hasta 840 km, lo que sugiere diferentes dinámicas de dispersión.

  • Ambas emisiones presentan asimetrías direccionales, extendiéndose tanto hacia el Sol como en dirección opuesta, lo que refuerza la existencia de una anticola.

Producción de níquel inusualmente alta

Otro hallazgo destacable es que la tasa de producción de níquel en relación con el cianuro en 3I/ATLAS es mucho mayor que la de 2I/Borisov y supera en varios órdenes de magnitud la de los cometas del sistema solar.

¿Dónde está la cola de polvo? Una ausencia inesperada

Curiosamente, a diferencia de los cometas comunes, la imagen de luz blanca de 3I/ATLAS no muestra una cola visible de polvo, es decir, no hay dispersión típica de luz solar empujada por la presión de radiación, lo que plantea aún más preguntas sobre la composición y dinámica del objeto.

Un objeto cada vez más difícil de clasificar

Con estas nuevas observaciones, 3I/ATLAS acumula ya al menos ocho anomalías documentadas, que lo convierten en un caso atípico en la astronomía moderna. El investigador Avi Loeb, quien ha seguido de cerca su estudio, mantiene su clasificación de 3I/ATLAS como “nivel 4” en la escala de Loeb, una medida que evalúa la probabilidad de origen artificial o no convencional.

Nuevas observaciones en camino: HiRISE, Juice y Juno

Los próximos meses serán clave para entender mejor la naturaleza de 3I/ATLAS:

  • El 2 de octubre de 2025, la cámara HiRISE del orbitador de reconocimiento de Marte captó imágenes de 3I/ATLAS al pasar a menos de 30 millones de kilómetros de Marte. Estas imágenes, con una resolución de 30 km por píxel, prometen una vista lateral sin precedentes del resplandor alrededor del objeto.

  • La nave espacial Juice, actualmente en tránsito hacia Júpiter, tomará nuevos datos en noviembre de 2025.

  • En marzo de 2026, será el turno de la nave Juno, que también contribuirá con observaciones adicionales desde otra posición en el sistema solar.

Conclusión: un misterio que se profundiza con cada dato nuevo

Los datos más recientes no solo no aclaran la naturaleza de 3I/ATLAS, sino que introducen nuevas preguntas científicas. ¿Cómo puede un cuerpo natural generar Ni(CO)₄ de forma espontánea? ¿Por qué no hay hierro? ¿Por qué no tiene una cola de polvo?

“No hay nada mejor que más datos de alta calidad para aclarar la naturaleza de 3I/ATLAS. La ciencia es apasionante porque nos permite adquirir nuevos conocimientos a partir de pruebas recopiladas por instrumentos, en lugar de relatos recopilados por personas”, concluyen los investigadores.

La historia de 3I/ATLAS está lejos de terminar, y podría redefinir lo que creemos saber sobre los cuerpos interestelares que visitan nuestro sistema solar.

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