Astrónomos de la Universidad de Princeton han identificado una anomalía orbital que podría cambiar para siempre nuestra comprensión del Sistema Solar. Tras analizar las trayectorias de más de 50 objetos del Cinturón de Kuiper, detectaron una inclinación sistemática de aproximadamente 15 grados. Según los científicos, esta desviación no puede explicarse sin la influencia de un cuerpo masivo aún no detectado: el hipotético Planeta Y.
Una nueva pieza en el rompecabezas cósmico
El Cinturón de Kuiper, una vasta región helada más allá de Neptuno, está lleno de asteroides, cometas y planetas enanos. Durante décadas, las órbitas de varios de estos cuerpos han mostrado comportamientos extraños, lo que ha motivado la búsqueda de un noveno planeta desde el descubrimiento de Neptuno en 1846.
El interés resurgió en 2016, cuando los astrónomos de Caltech, Mike Brown y Konstantin Batygin, presentaron la teoría del Planeta Nueve (también llamado Planeta X), un supuesto gigante gaseoso hasta 10 veces más masivo que la Tierra que orbitaría muy lejos del Sol.
Ahora, una nueva hipótesis emerge: el Planeta Y, propuesto por el equipo del astrofísico Amir Siraj, también de Princeton, y publicado en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
¿Qué es el Planeta Y?
El Planeta Y sería:
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Un mundo rocoso, no gaseoso.
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Con una masa entre la de Mercurio y la Tierra.
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Ubicado entre 100 y 200 unidades astronómicas (UA) del Sol (la Tierra está a 1 UA, y Neptuno a 30).
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Inclinado unos 10 grados respecto al plano orbital del Sistema Solar.
Su ubicación lo colocaría más cerca que el hipotético Planeta X, pero lo suficientemente alejado como para reflejar muy poca luz solar, lo que complica su detección directa con los telescopios actuales.
¿Y si el Planeta Y es real?
El hallazgo se basa en trayectorias anómalas de objetos transneptunianos, que muestran una inclinación sistemática no explicable sin una fuerza gravitacional externa.
“Empezamos intentando encontrar explicaciones distintas a un planeta que pudieran explicar la inclinación, pero lo que descubrimos es que realmente necesitas un planeta ahí”, afirmó Siraj a CNN.
Aunque no es una prueba directa, la hipótesis del Planeta Y representa una solución plausible al enigma, según los autores del estudio.
Escepticismo en la comunidad científica
Pese al entusiasmo, varios astrónomos piden cautela:
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Samantha Lawler, de la Universidad de Regina, calificó el estudio como “no definitivo”, debido al tamaño reducido de la muestra de objetos analizados.
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Patryk Sofia Lykawka, experto en el Cinturón de Kuiper de la Universidad de Kindai, consideró la hipótesis plausible, pero insistió en que se requieren más observaciones para considerarla seria.
La clave podría estar en Chile
El recientemente inaugurado Observatorio Vera C. Rubin, en el norte de Chile, podría cambiarlo todo. Este telescopio revolucionario escaneará el cielo de forma sistemática y detallada, y se espera que descubra miles de nuevos objetos del Cinturón de Kuiper en los próximos años.
“Creo que dentro de los primeros dos o tres años de operación, habrá una respuesta definitiva”, dijo Siraj. “Si el Planeta Y está en el campo de visión del telescopio, será capaz de encontrarlo directamente”.
¿Y qué pasa con el Planeta X?
El Planeta Y no reemplaza la teoría del Planeta X, sino que se suma como una posible explicación alternativa o complementaria. De hecho, ambas teorías podrían coexistir: uno más pequeño y cercano (Y), y otro más masivo y lejano (X).
Sin embargo, en los últimos años han surgido varias falsas alarmas:
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Un débil punto infrarrojo observado en mayo fue descartado al presentar una órbita perpendicular al resto del Sistema Solar.
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Algunos científicos consideran que las anomalías orbitales podrían deberse a un agujero negro primitivo, a fallas en la teoría gravitacional actual, o incluso a planetas errantes capturados por el Sol.
Cálculos del propio Siraj en 2023 sugieren que podrían ocultarse hasta cinco mundos del tamaño de la Tierra en los confines del Sistema Solar.
¿Planeta Y, Planeta X… o ambos?
El debate sigue abierto. Con la próxima oleada de datos del Observatorio Vera Rubin, la astronomía podría estar a punto de descubrir nuevos planetas en nuestra vecindad solar —o tal vez reescribir por completo lo que creemos saber del cosmos.
Por ahora, el Planeta Y es una hipótesis prometedora, pero aún sin confirmación directa. La caza de mundos ocultos en el Sistema Solar continúa, y la próxima década podría traer sorpresas que desafíen siglos de astronomía.
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