El papa León XIV y el arzobispo de York, Stephen Cottrell, presidieron este jueves en la Capilla Sixtina del Vaticano una oración ecuménica dedicada a la defensa del medio ambiente, en la que participaron los reyes del Reino Unido, Carlos III y Camila. El evento, cargado de simbolismo y trascendencia histórica, marca la primera vez en casi cinco siglos que un monarca británico y un pontífice católico rezan juntos, desde la ruptura entre Roma y la Iglesia de Inglaterra durante la reforma anglicana.

Una ceremonia bajo los frescos de Miguel Ángel y Botticelli

El acto tuvo lugar ante los majestuosos frescos de Miguel Ángel y Botticelli, con el imponente Juicio Final como telón de fondo. Carlos III, vestido con un traje azul, y Camila, con un elegante vestido negro y velo, se situaron a la izquierda del altar, mientras que en el centro se ubicaron el papa León XIV y el arzobispo Stephen Cottrell.

El pontífice y el arzobispo de York presidieron conjuntamente la oración ecuménica, centrada en el cuidado de la creación y la protección del planeta. La arzobispa de Canterbury, Sarah Mullally, futura líder de la Iglesia anglicana, no participó en la ceremonia al no haber asumido todavía oficialmente su cargo, previsto para enero.

Un encuentro privado en la Biblioteca Apostólica

Antes del acto público, León XIV y los reyes británicos mantuvieron una reunión privada de 45 minutos en la Biblioteca Apostólica del Vaticano. Durante el encuentro, el rey Carlos III obsequió al papa con una gran fotografía enmarcada en plata y un ícono de San Eduardo “el Confesor”, símbolo del linaje espiritual de la monarquía británica.

Por su parte, el pontífice correspondió con un mosaico a escala de “Cristo Pantocrátor”, inspirado en la Catedral Normanda de Cefalú (Sicilia), elaborado en los talleres artísticos del Vaticano.

Fuentes cercanas al encuentro describieron el ambiente como “cordial y profundamente respetuoso”, destacando el interés común del papa y el monarca en la causa ambiental y el diálogo interreligioso.

Un recibimiento solemne en el corazón del Vaticano

Los reyes de Reino Unido arribaron al Vaticano a primera hora del jueves. El cortejo real atravesó el Arco de las Campanas, acceso principal a la Ciudad del Vaticano, y se dirigió al Patio de San Dámaso, donde fueron recibidos con honores por el monseñor Leonardo Sapienza, jefe de la Prefectura de la Casa Pontificia, y la Guardia Suiza, que les rindió homenaje.

Posteriormente, se entonaron los himnos nacionales del Reino Unido y del Estado de la Ciudad del Vaticano, antes de que los monarcas fueran acompañados al interior del Palacio Apostólico.

Tras la audiencia privada, la reina Camila visitó la Capilla Paulina guiada por la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, mientras que el rey Carlos III sostuvo una reunión con el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, siguiendo el protocolo reservado a los jefes de Estado.

Una oración por la Tierra y por la unidad de las Iglesias

A las 12:00 del mediodía, la Capilla Sixtina acogió la oración ecuménica por la creación, una ceremonia sin precedentes presidida por el papa León XIV y el arzobispo Stephen Cottrell.

Durante la liturgia, se interpretaron himnos y cánticos sagrados a cargo de los coros de la Capilla Sixtina, la Capilla de San Jorge de Windsor y el Coro Infantil de la Capilla Real del Palacio de San James, en una muestra de unidad espiritual entre las tradiciones católica y anglicana.

El papa destacó en su mensaje la urgencia moral de proteger el planeta como un deber sagrado compartido por todas las confesiones cristianas. Por su parte, Carlos III, reconocido por su compromiso ambientalista, reafirmó su convicción de que “la fe puede ser una fuerza transformadora en la lucha contra el cambio climático”.

Un gesto de reconciliación tras siglos de separación

El evento fue descrito por los observadores vaticanos como un “gesto histórico de reconciliación” entre las dos Iglesias separadas desde 1534, cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma al no obtener la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón por parte del papa Clemente VII.

Esa ruptura dio origen a la Iglesia de Inglaterra, con el monarca británico autoproclamado “jefe supremo” de la nueva institución religiosa. Desde entonces, ningún rey británico había participado en una ceremonia conjunta con un papa católico en la Capilla Sixtina.

Un nuevo capítulo en el diálogo entre Roma y Londres

La jornada fue calificada como un hito diplomático y espiritual por los medios vaticanos y británicos. Analistas religiosos destacaron que la oración conjunta podría abrir una nueva etapa de cooperación ecuménica entre el Vaticano y la Iglesia Anglicana, especialmente en torno a temas globales como la crisis climática, la pobreza y la paz mundial.

Hoy no solo hemos rezado por la Tierra, sino también por la reconciliación entre pueblos y creencias”, declaró el arzobispo Cottrell al concluir la ceremonia.

El encuentro entre León XIV y Carlos III quedará inscrito en la historia como un símbolo de diálogo, respeto mutuo y compromiso compartido con la protección del planeta, casi medio milenio después de la ruptura que separó a Roma y Londres.

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