La detención de Jorge Ugalde Parraguez este lunes 3 de noviembre marcó un giro decisivo en el caso que conmocionó a La Reina y al país entero. Ugalde, cuñado y tío de las víctimas, fue arrestado como presunto autor del triple homicidio de Eduardo Cruz-Coke y sus dos hijos gemelos de 17 años, ocurrido el pasado sábado 18 de octubre. La captura se produjo luego de que surgieran nuevas evidencias que desmintieron la versión inicial de un presunto parricidio-suicidio.
En un comienzo, las autoridades manejaron la hipótesis de que Cruz-Coke habría acabado con la vida de sus hijos antes de suicidarse. Sin embargo, la evolución de las pericias y la ausencia de pruebas claves, como el arma cortopunzante con la que se produjeron las heridas del padre, llevaron a la Policía de Investigaciones (PDI) a abrir una nueva línea investigativa: la posible intervención de un tercero. Esa arista, que en un principio parecía remota, terminó por convertirse en el eje central del caso.
El cambio en la investigación
Los hallazgos en la escena del crimen resultaron determinantes. Los cuerpos de los adolescentes fueron encontrados en una habitación sin signos de violencia externa, mientras que Cruz-Coke yacía cerca de la entrada principal con lesiones cortopunzantes en el cuello. La falta del arma y ciertas incongruencias temporales en los relatos de testigos alertaron a los investigadores de la Brigada de Homicidios.
Fue entonces cuando un detalle alteró completamente el rumbo de las pesquisas: la presencia de Jorge Ugalde Parraguez, quien había sido el primero en alertar a Carabineros sobre el hallazgo de los cuerpos. Su actitud y algunos vacíos en su relato inicial encendieron las alarmas. En paralelo, se descubrió que mantenía antiguas disputas económicas con su cuñado, un antecedente que hoy es considerado uno de los posibles móviles del crimen.
Las nuevas pruebas que apuntan al sospechoso
Entre los antecedentes más relevantes figura un registro de cámara de seguridad que muestra al detenido arrojando una bolsa al canal San Carlos, el mismo día de los homicidios. Hasta ahora, ese objeto no ha sido recuperado, pero se presume que podría contener evidencia clave para esclarecer los hechos, como ropa, herramientas o incluso el arma utilizada.
Con esta grabación, los investigadores lograron establecer una conexión directa entre el sospechoso y el posible ocultamiento de pruebas. Según fuentes ligadas al caso, el Ministerio Público evalúa ampliar los cargos a homicidio calificado, atendiendo a la planificación y el vínculo familiar entre el imputado y las víctimas. La Fiscalía también indaga si hubo premeditación y si Ugalde actuó solo o con ayuda de terceros.
Un crimen que sacude la confianza familiar
Más allá de la brutalidad del hecho, el caso ha generado una profunda conmoción social por el contexto en que ocurrió: una tragedia familiar transformada en crimen. Lo que parecía ser un drama doméstico terminó revelando una trama de tensiones económicas, desconfianzas y silencios que se arrastraban desde hace años.
Mientras se esperan los resultados de nuevas pericias biológicas y rastros en la escena, la investigación sigue abierta y bajo reserva judicial. La detención de Jorge Ugalde Parraguez no solo representa un avance en la búsqueda de justicia, sino también un duro recordatorio de cómo las fracturas invisibles dentro de un hogar pueden terminar en una tragedia de proporciones devastadoras.
- Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl
 
/gap
			
		


