La selección de Rusia no logró superar a Perú en el amistoso disputado este miércoles en el Gazprom Arena de San Petersburgo. El 1-1 final, más allá del marcador, dejó sensaciones mixtas en la escuadra dirigida por Valeri Karpin, que prepara su duelo frente a Chile este sábado. El encuentro se transformó en una radiografía de las luces y sombras del equipo ruso: intensidad, dominio territorial y múltiples ocasiones, pero también fragilidad en momentos clave.

El conjunto local abrió la cuenta tras un error garrafal del portero peruano Pedro Gallese, que terminó facilitando el gol inicial de los eslavos. Sin embargo, cuando el partido parecía resuelto, un fallo en la zaga rusa y una débil respuesta del arquero Matvey Safonov permitieron el empate de Alex Valera, evidenciando nuevamente las dudas defensivas que persiguen al seleccionado europeo desde las últimas eliminatorias.

Pese al traspié, el defensor Matvey Lukin optó por la contención y la solidaridad interna. “Nadie esperaba una disculpa. Todos cometemos errores. Matvey es un muy buen portero, muy habilidoso”, expresó tras el encuentro, evidenciando un intento por proteger la cohesión del grupo ante las críticas. Sus palabras reflejan una lógica de camaradería que Karpin ha intentado reforzar en un equipo en reconstrucción.

Lukin también se refirió a las condiciones del terreno de juego, un elemento que no pasó inadvertido: “El terreno no es de la mejor calidad, eso seguro; se nota. Todos estaban en las mismas condiciones, así que no quiero achacarlo a eso”. Su comentario, más que una excusa, plantea un punto sobre la preparación logística y el estándar competitivo que busca mantener la selección rusa en su retorno progresivo al circuito internacional.

En su análisis del juego, el zaguero fue claro: “Jugamos mejor. Tuvimos muchas ocasiones que no aprovechamos. El rival disparó a puerta, el jugador le pegó bien y marcó. Es una pena perder partidos así, pero seguimos trabajando”. La reflexión sintetiza el dilema de Rusia: una estructura ofensiva activa, pero con deficiencias de concreción y lapsos de desconcentración que comprometen el resultado.

Mirando hacia adelante, Lukin anticipó el desafío ante la Roja de Chile, un rival con mayor rigor táctico y ritmo competitivo: “Todos queremos ganar. No solo Valeri Karpin, sino todo el equipo. Queremos mejorar y vencer a Chile”.

El amistoso contra Perú, más que un simple empate, deja a Rusia ante la necesidad de afinar su funcionamiento colectivo y su solidez mental. El duelo frente a los chilenos, en ese contexto, no solo medirá su capacidad de respuesta futbolística, sino también su madurez en el proceso de reconstrucción internacional.

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/JoséPablo Verdugo