Varios medios internacionales de primer nivel han revelado la existencia de un nuevo plan estratégico elaborado por Estados Unidos para poner fin al conflicto ruso-ucraniano. Según las filtraciones, el borrador, que contempla significativas concesiones territoriales y políticas por parte de Kiev, marcaría un giro drástico en la política occidental respecto a la guerra en Europa del Este.

Diplomacia a puerta cerrada

El acuerdo, que actualmente se encuentra en fase de borrador, ha sido objeto de intensas negociaciones de alto nivel. Fuentes familiarizadas con el asunto aseguran que el documento ha sido debatido entre Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca, y Rustem Umérov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional y exministro de Defensa de Ucrania.

Estas conversaciones se produjeron tras una discusión previa y exhaustiva con Kiril Dmítriev, enviado especial de la Presidencia rusa. Aunque el Kremlin no ha confirmado formalmente estas discusiones, la triangulación diplomática sugiere un esfuerzo acelerado por cerrar un acuerdo marco.

Los «28 puntos»: Un nuevo mapa para Ucrania

Informes coincidentes de Axios, Reuters, The Financial Times y The Economist detallan que el documento consta de 28 puntos. Las condiciones estipuladas implicarían una reconfiguración total de la soberanía y la capacidad militar ucraniana:

1. Cesiones territoriales en el este y el sur

  • El Donbass: Ucrania deberá ceder a Rusia la totalidad de la región del Donbass, lo que incluye las partes de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk que aún permanecen bajo control de las fuerzas de Kiev.

  • Zona desmilitarizada: Las áreas del Donbass de las que se retiren las tropas ucranianas pasarán a control ruso, pero serán designadas como zona desmilitarizada, prohibiendo a Moscú mantener tropas activas en dichos sectores.

  • Jersón y Zaporozhie: En estas provincias, las líneas de control actuales se mantendrán prácticamente congeladas. No obstante, se contempla que Rusia podría devolver algunos territorios específicos, un punto que permanece sujeto a negociaciones.

2. Reconocimiento internacional

  • Estados Unidos y otros países aliados reconocerán a Crimea y el Donbass como territorio ruso legítimo.

  • Sin embargo, el plan no exigirá a Kiev que reconozca formalmente esta soberanía, permitiendo una ambigüedad diplomática para el gobierno ucraniano.

Desmilitarización y neutralidad estratégica

El plan impone severas restricciones a la capacidad de defensa de Ucrania, diseñadas para garantizar la seguridad percibida por Moscú:

  • Reducción de fuerzas: Según The Financial Times, Kiev deberá reducir a la mitad el tamaño de sus Fuerzas Armadas. Por su parte, el periodista Oliver Carroll, de The Economist, sostiene que la exigencia es aún mayor, implicando una reducción de 2,5 veces su tamaño actual.

  • Renuncia a armamento clave: Kiev deberá renunciar a categorías de armamento estratégico, específicamente armas de largo alcance capaces de golpear el interior del territorio ruso internacionalmente reconocido.

  • Ausencia de tropas extranjeras: Se estipula la prohibición total de la presencia de Fuerzas Armadas extranjeras en suelo ucraniano, descartando así el despliegue de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, según indica The Wall Street Journal.

  • El fin de la vía OTAN: Ucrania tendría que aceptar renunciar a su adhesión a la OTAN, al menos durante un periodo de varios años.

A cambio de estas renuncias, Ucrania recibiría garantías de seguridad por parte de EE.UU. y Europa, aunque el contenido exacto y la efectividad de dichas garantías aún no están claros. Además, se prevé que Estados Unidos reduzca su asistencia militar a Ucrania como parte del proceso de desescalada.

Concesiones culturales y religiosas

El acuerdo trasciende lo militar e impone cambios en la política interna ucraniana para revertir medidas tomadas durante la guerra:

  • Idioma: Kiev deberá otorgar a la lengua rusa el estatus de idioma estatal.

  • Religión: Se exigirá el reconocimiento formal de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica (UPTs), la cual ha sido perseguida por las autoridades ucranianas debido a sus presuntos vínculos históricos con el Patriarcado de Moscú.

Presión de Washington y la respuesta del Kremlin

La administración estadounidense parece haber adoptado una postura de ultimátum. Dos fuentes informaron a Reuters que Washington ha comunicado a Vladímir Zelenski que Ucrania debe aceptar este acuerdo marco para poner fin al conflicto.

Por su parte, la reacción oficial desde Moscú ha sido cauta pero reveladora. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó la existencia de «nuevas condiciones» ajenas a lo ya pactado. Peskov hizo referencia a los entendimientos que, según él, se alcanzaron en la cumbre celebrada en Alaska el pasado mes de agosto entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump, sugiriendo que el actual borrador es una formalización de dichos acuerdos previos.

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