El «Primer Encuentro Social», convocado por seis organizaciones de la sociedad civil junto a Radio Cooperativa, si bien se distanciaba del formato tradicional de debate, se configuró como el primer escenario de confrontación directa entre José Antonio Kast y Jeannette Jara, candidatos a la segunda vuelta presidencial. Lejos de ser un espacio de propuestas técnicas sobre pobreza y vulnerabilidad –temas centrales de la convocatoria–, el encuentro se transformó en una arena de choque estratégico, revelando las tácticas iniciales de dos coaliciones que visualizan caminos opuestos hacia La Moneda.

La Anatomía de las Estrategias: Contención versus Ofensiva

El análisis del desempeño de los candidatos deja al descubierto dos posturas diametralmente opuestas. Por un lado, José Antonio Kast (Partido Republicano) mantuvo una línea de relativa contención. Su estrategia, según Gonzalo Müller, Director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo (UDD), consultado por Emol, se basó en un perfil conservador, evitando mencionar o atacar directamente a su contrincante, y respondiendo únicamente cuando era interpelado. Esta postura reflejaría la comodidad de quien se percibe con ventaja en las encuestas.

Por el otro, Jeannette Jara (Oficialismo) adoptó un tono marcadamente ofensivo. Müller caracterizó su desempeño como un intento de «atacar duramente (…) y cuestionar de manera permanente», una estrategia típica de quien busca revertir una desventaja en la contienda. Sin embargo, esta ansiedad, en palabras del académico, le habría jugado en contra, cometiendo errores en algunos de sus ataques.

Una Evaluación Crítica del Desempeño y la Efectividad

Los expertos coinciden en señalar falencias significativas en la ejecución de ambas estrategias. Roberto Munita, analista político y director de Administración Pública de la Universidad Andrés Bello, identificó debilidades clave: Jara se mostró «demasiado combativa», enredándose en una retórica dirigida a su base en lugar de ampliarse hacia votantes moderados. Kast, en cambio, fue evaluado como «demasiado técnico y parco», con falta de habilidades blandas y una escasa asertividad para contrarrestar los ataques, lo que, según el principio de que «lo que no se contradice, se entiende aceptado», pudo resultar contraproducente.

La efectividad de este primer encuentro es puesta en duda. Munita argumenta que su impacto fue limitado: careció de publicidad masiva, fue seguido principalmente por núcleos duros de cada sector –generando una «cámara de eco»– y no logró conectar con el votante indeciso o el electorado de Franco Parisi, clave para el balotaje.

Jara: La Estrategia de la Impugnación y sus Riesgos Inherentes

El desempeño de Jara fue objeto de un análisis particularmente crítico, dada su posición en las encuestas. Para Aldo Cassinelli, analista político y director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Autónoma, la candidata desaprovechó un espacio temáticamente favorable para ella, fallando en capitalizar la lógica del continuismo oficialista frente a un Kast que «no se sale de su libreto».

Rodrigo Pérez de Arce, investigador asociado a Faro UDD, profundiza en la vulnerabilidad de su estrategia. Si bien impugnar al favorito es una táctica clásica, plantea dos dudas fundamentales: su efectividad para cambiar la intención de voto –de la que no hay evidencia– y su sostenibilidad sin que contradicciones internas la socaven, como el hecho de que el «caso convenios» también involucra a militantes de su coalición. Pérez de Arce advierte que «impugnar desde la vulnerabilidad propia rara vez funciona. Y Jara tiene demasiadas vulnerabilidades».

Tomás Duval, académico de la Universidad Autónoma, y Mario Herrera, de la Universidad de Talca, complementan esta visión. Duval señala que Jara se juega «el todo o nada» en esta estrategia de acorralamiento, pero que ello no basta para sumar las adhesiones necesarias. Herrera, por su parte, considera que, si bien llevar la discusión a temas propios (más allá de seguridad o economía) es acertado, el confrontar directamente a Kast es un error que «aleja al elector» y politiza en exceso la discusión, recomendando una estrategia donde figuras secundarias asuman el conflicto, liberando al candidato para mensajes positivos.

Conclusión: Un Preámbulo de Alta Tensión

En definitiva, este primer cara a cara funcionó más como un termómetro de las estrategias de balotaje que como un debate de propuestas. Reveló a un Kast confiado, ejecutando una contención calculada, y a una Jara desesperada por quebrar la inercia, pero cuya ofensiva fue evaluada como errática y potencialmente contraproducente. Con los debates de la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi) y de la Asociación Nacional de Televisión (Anatel) en el horizonte, ambos candidatos enfrentan la imperiosa necesidad de refinar sus performances y conectar con un electorado indeciso que, por ahora, parece no haberse sentido interpelado por este primer y áspero encuentro.

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