A menos de un mes del inicio oficial del verano, las temperaturas elevadas han instalado desde hace semanas una sensación estival anticipada. Sin embargo, el calor no ha frenado la circulación de los virus respiratorios típicos del invierno, que siguen registrando altos niveles de contagio pese al avance de la temporada.

Según la vigilancia del Instituto de Salud Pública (ISP), la semana del 17 de noviembre alcanzó una positividad del 50% entre 4.323 muestras analizadas en los centros centinela. Este indicador lleva seis semanas sin descender de manera significativa: a inicios de octubre marcaba un 48,3% y desde entonces ha superado constantemente el 50%, especialmente durante noviembre. En comparación con la misma semana epidemiológica de 2024, la positividad es 10% mayor.

El virus con mayor presencia es la influenza A, con 855 casos (37,2%), predominante en el grupo de 5 a 14 años. Le siguen el rinovirus, con 623 casos (27,1%); el Covid-19, con 11,3%; la parainfluenza, con 191 casos (8,3%); el metapneumovirus, con 125 (5,4%); el adenovirus, con 122 (5,3%); y la influenza B, con 45 casos (2,0%).

En este escenario, César Bustos, infectólogo de la Clínica Universidad de los Andes, advierte que la positividad real podría ser todavía mayor. Explica que muchas familias priorizan el diagnóstico en los niños, especialmente en el grupo donde se concentra la circulación viral —un 35,9% en menores de 5 a 14 años—, mientras que los adultos suelen dar por hecho que presentan el mismo cuadro sin acudir a testearse. “Siempre hay un número de casos que no van a llegar a diagnosticarse”, señala.

Por su parte, Carlos Pérez, infectólogo y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, aclara que esta situación no corresponde a un comportamiento anómalo, sino a la dinámica habitual de los virus respiratorios. “Los virus circulan todo el año, con picos de mayor actividad, pero en primavera y verano no desaparecen. Actualmente predomina Influenza H3N2, y su circulación se mantiene mientras exista una población susceptible. No es un virus nuevo ni más agresivo, y es probable que los casos comiencen a disminuir en las próximas semanas”, afirma.

Los datos del ISP muestran que la influenza A se concentra principalmente en niños y adolescentes de 5 a 14 años, seguidos por menores de 1 a 4 años, aunque también se observan casos en adultos mayores de 65. En tanto, el rinovirus afecta sobre todo a menores de 1 a 4 años, y en menor medida a niños de 5 a 14 años.

Aun así, los especialistas destacan que la mayoría de los casos se resuelve en consultas ambulatorias, requiriendo cuidados críticos principalmente personas no vacunadas o con condiciones de riesgo.

La campaña de vacunación contra la influenza 2025, que se desarrolló entre marzo y octubre, alcanzó una cobertura del 77,78%, con más de 8,1 millones de dosis administradas. Sin embargo, quienes pertenecen a los grupos objetivos —funcionarios de salud, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y embarazadas— y aún no se han vacunado, todavía pueden hacerlo.

En esa línea, el inmunólogo Alexis Kalergis, académico de la Universidad Católica, enfatiza la importancia de completar la inmunización: “Es fundamental que las personas de los grupos objetivos que no fueron vacunadas lo hagan a la brevedad para evitar un aumento de casos”. Además, insiste en mantener las medidas de prevención: uso de mascarillas, lavado de manos y ventilación de espacios cerrados, especialmente ante este segundo incremento de circulación viral.

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