El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, deberá permanecer al menos siete años y medio en régimen cerrado, según cálculos difundidos por la Justicia brasileña, una semana después de comenzar a cumplir su condena de 27 años y tres meses de prisión por golpe de Estado.

Resolución judicial

Un documento del Juzgado de Ejecuciones Penales de Brasilia, remitido el martes a la Corte Suprema, establece que Bolsonaro podrá solicitar el beneficio de la prisión semiabierta a partir del 24 de abril de 2033.

  • En ese escenario, el ex mandatario —que tendrá 78 años— podrá salir durante el día para trabajar o estudiar, pero deberá regresar a prisión por la noche.
  • La misma resolución indica que Bolsonaro tendría derecho a solicitar la libertad condicional el 13 de marzo de 2037, cuando esté próximo a cumplir 82 años, siempre que cumpla con las restricciones previstas en el sistema penal.

El documento precisa que el condenado comenzó a cumplir su pena el 4 de agosto, fecha en la que la Suprema Corte determinó prisión domiciliaria por violar medidas restrictivas. La culminación de la condena está prevista para 2052.

Situación actual

A pesar de la sentencia firme, Bolsonaro mantiene la esperanza de que la Corte Suprema admita el recurso presentado para anular su proceso, aunque las probabilidades son bajas tras el cierre judicial definitivo del expediente. Actualmente, el ex presidente cumple su condena en una celda especial de la sede de la Policía Federal en Brasilia, tras ser hallado culpable de encabezar una conspiración para impedir la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva, vencedor de las elecciones de octubre de 2022.

Por decisión judicial, Bolsonaro permanecerá privado de sus derechos políticos durante todo el período de su condena y por ocho años adicionales.

Inhabilitación política

Según el diario Folha, esto significa que el ex mandatario no podrá ejercer cargos públicos hasta 2060, cuando superaría los 100 años de edad, salvo que haya cambios en su sentencia.

El Partido Liberal (PL) resolvió apartar a Bolsonaro de toda función honoraria dentro de la agrupación y suspender la remuneración que percibía como presidente honorario, equivalente a más de 39.000 reales mensuales. El reportaje de Folha detalla que este ingreso representaba cerca de la mitad de los fondos mensuales que recibía Bolsonaro, quien también percibía pensiones militares y como ex diputado, por un total superior a 86.000 reales.

Reacción de Lula da Silva

El actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que la condena de 27 años impuesta a Bolsonaro constituye “una lección de democracia para el mundo”. En su primera reacción pública, Lula aseguró que con la ejecución de la sentencia, “Brasil ha dado un paso importante en el fortalecimiento democrático”.

Sin ningún alarde, la Justicia brasileña mostró su fuerza, no se amedrentó con las amenazas de afuera e hizo un juicio primoroso”, enfatizó, aludiendo a las sanciones de Estados Unidos y a las críticas del presidente Donald Trump, quien calificó el proceso como una “caza de brujas”.

Lula subrayó que “por primera vez en 500 años de historia de Brasil, hay un ex presidente y varios generales presos por un intento de golpe”, lo que demuestra que “la democracia y sus leyes valen para todos”. El mandatario concluyó que se siente “feliz, no por la prisión de los acusados, sino porque Brasil demostró que está maduro para ejercer la democracia en su más alta plenitud”.

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