El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump lanzó el viernes una dura advertencia sobre el futuro de Europa, señalando que el continente enfrenta la “grave perspectiva de una desaparición de la civilización”. El diagnóstico, incluido en la actualización anual de la Estrategia de Seguridad Nacional, sostiene que Estados Unidos apoyará a partidos “patrióticos” afines para evitar un escenario en el que “ciertos miembros de la OTAN se conviertan en mayoría no europea”.
El documento, publicado anoche, afirma sin mencionar nombres que Washington debería respaldar a fuerzas políticas que se oponen a la migración y promueven el nacionalismo, entre ellas partidos populistas de derecha como Reform UK y la alemana Alternativa para Alemania (AfD), clasificada como extremista por los servicios de inteligencia de ese país.
En el prólogo, Trump señaló que “en todo lo que hacemos, priorizamos a Estados Unidos”, definiendo la estrategia como una “hoja de ruta” para asegurar que su país siga siendo “la nación más grande y exitosa de la historia”.
Críticas a Europa y llamado a “corregir su rumbo”
En una sección titulada “Promoviendo la Grandeza Europea”, el texto formula una crítica directa a los aliados occidentales. Advierte que Europa podría volverse “irreconocible” debido a políticas migratorias que, según afirma, estarían erosionando las identidades nacionales. La estrategia propone que Estados Unidos ayude a Europa a “corregir su trayectoria actual” en las próximas décadas.
“Queremos que Europa siga siendo europea”, indica el documento de 33 páginas, donde también critica lo que define como un “fallido enfoque en la asfixia regulatoria”.
Trump ha expresado reiteradamente su desprecio hacia líderes europeos, presionándolos en asuntos como financiamiento de la OTAN, comercio y aranceles. En febrero, el vicepresidente J. D. Vance ya había criticado en Múnich a los principales partidos europeos, instándolos a dejar atrás el aislamiento hacia la extrema derecha.
El documento representa la declaración más explícita hasta ahora sobre cómo el presidente busca transformar su agenda de “América Primero” en una plataforma para impulsar a políticos nacionalistas en Europa. El texto también recoge elementos del discurso de la Teoría del Gran Reemplazo, una narrativa conspirativa adoptada por algunos asesores cercanos a Trump, que sostiene que habría un esfuerzo deliberado por reemplazar a poblaciones blancas con inmigrantes no blancos.
Además, acusa a la Unión Europea y a otros “organismos transnacionales” de socavar la soberanía, limitar la libertad de expresión y vulnerar principios democráticos para reprimir la oposición política. “La creciente influencia de los partidos patrióticos europeos es motivo de gran optimismo”, concluye.
Reacciones inmediatas en Europa
Las respuestas en Europa fueron rápidas. Johann Wadephul, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, afirmó que su país no necesita “consejos de ningún país o partido”, recordando que, si bien Estados Unidos es un aliado crucial en la OTAN, asuntos como libertad de expresión y organización social “no forman parte de eso”.
Por su parte, Brando Benifei, eurodiputado italiano y presidente de la delegación para las relaciones con EE.UU., calificó el documento como “un ataque frontal contra la Unión Europea”, señalando que contiene “frases extremas e impactantes” y acusaciones que “equivalen a interferencia electoral”.
La tensión transatlántica ya era alta: ese mismo día, la UE anunció una multa de 140 millones de dólares contra X, la red social de Elon Musk, por violar normativas de transparencia y utilizar un “diseño engañoso” en su sistema de verificación. En respuesta, Vance criticó la decisión y sostuvo en X que el bloque debería “apoyar la libertad de expresión, no atacar a empresas estadounidenses por basura”.
Enfoque hacia Oriente Medio y omisiones significativas
El documento contrasta fuertemente el trato hacia Europa con el enfoque propuesto para Oriente Medio. En una sección titulada “Oriente Medio: Desplazar las cargas, construir la paz”, se afirma que Estados Unidos debe evitar involucrarse en exceso en asuntos internos y dejar atrás el “experimento” de presionar a las monarquías del Golfo para que reformen sus sistemas de gobierno.
El texto sostiene que Washington debe “aceptar la región tal como es”, sin imponer estándares externos, omitiendo temas como derechos humanos, el trato hacia las mujeres o el asesinato del periodista del Washington Post —atribuido por la CIA al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman—.
Implicancias en Ucrania y relación con Rusia
El documento también genera inquietudes sobre la postura estadounidense ante la guerra en Ucrania y la relación con Vladimir Putin. Critica a funcionarios europeos por tener “expectativas poco realistas” y por “pisotear principios democráticos” para contener a la oposición, y sugiere que Washington debe evitar que la OTAN sea percibida como una alianza “en constante expansión”, un mensaje muy cercano al discurso del Kremlin.
Según Ian Lesser, director del German Marshall Fund en Bruselas, el texto “reforzará las preocupaciones existentes en Europa” y podría envalentonar a la extrema derecha en el continente. “El documento trata a Europa como un ‘otro’, un modelo de lo que no se debe hacer”, señaló.
El senador italiano Carlo Calenda, crítico de Trump, afirmó que el presidente estadounidense es “un enemigo de Europa y de la democracia”, y que los intentos de políticos europeos por complacerlo han sido inútiles. “Es un abusador”, dijo. “No se enfrenta a un abusador siendo cálido y amable”.
Orban celebra el enfoque
En contraste, uno de los principales aliados de Trump en Europa, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, elogió la estrategia estadounidense y repitió críticas contra el apoyo europeo a Ucrania. En una entrevista con la radio estatal Kossuth, afirmó: “Quienes tienen poder, actúan; quienes no, solo hablan”, añadiendo que actores fuertes como Estados Unidos y Rusia negocian, mientras “la débil Europa” queda al margen de la construcción de su futuro.
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