Una frase del diputado y líder del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, generó ruido en el comando de José Antonio Kast durante esta segunda vuelta presidencial.

En entrevista con CNN Chile, Kaiser señaló: “Yo me veo como una moneda que está parada de canto (sobre la posibilidad de integrar un eventual gobierno de Kast o bien, ser oposición). Depende de cómo se golpee la mesa (…)”.

Y agregó: “Si nos dicen a todo que no, vamos a ser una oposición constructiva, expectante, muy cariñosa y de vez en cuando molesta”.

La convivencia pendiente con los libertarios

Aunque sus palabras no implican un quiebre con la campaña, sí evidencian un punto aún no resuelto: la futura relación entre Kast y los libertarios en caso de llegar a La Moneda.

Kaiser ha tenido un rol visible en esta segunda vuelta, acompañando al candidato en el debate Archi y manteniendo contacto casi diario con el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella. Ambos han conversado durante semanas sobre coordinación y despliegue en campaña.

Para contener el nerviosismo interno, Kaiser transmitió que cualquier conversación sobre cargos o integración se dará recién después del 14 de diciembre, una vez conocido el resultado electoral.

La “batalla cultural” como condición programática

A diferencia de otras colectividades de derecha, los libertarios han marcado un marco de entrada programático. No buscan ministerios específicos, sino condiciones que permitan impulsar lo que llaman la “batalla cultural”, una agenda valórica que consideran esencial para su identidad política.

En este ámbito, no existen grandes diferencias con Kast, aunque el candidato ha preferido mantener estos temas en pausa durante la campaña, concentrando su mensaje en seguridad y economía.

Tiene que ver con si nosotros buena parte de nuestro programa lo podemos transformar en realidad política o no”, afirmó Kaiser en la misma entrevista.

Bancada libertaria y rol en el Congreso

La bancada electa del Partido Nacional Libertario, con ocho diputados, será clave en el escenario político. Si no entran al gobierno, ya han adelantado que la batalla cultural se dará desde el Congreso, impulsando temas como educación y el rol del Estado.

El cálculo republicano

En el comando de Kast predomina la idea de que Kaiser formará parte de un eventual gobierno, si así lo decide. Dirigentes republicanos reconocen que excluirlo sería políticamente costoso, dado que es líder de un partido y excandidato presidencial con base propia.

Sin embargo, también admiten que la convivencia no será automática y que será necesario fijar acuerdos claros para un eventual aterrizaje en el gobierno.

Conversaciones post-elección

Desde el mundo libertario recalcan que cualquier negociación se dará después del 15 de diciembre, una vez concluida la elección. Hasta ahora, aseguran que no han sostenido conversaciones con el comando republicano y que incluso decidieron restarse de las instancias programáticas que Kast abrió con los equipos de Evelyn Matthei.

La entrevista de Kaiser dejó en evidencia las tensiones internas y la necesidad de definir cómo será la convivencia entre republicanos y libertarios en caso de un triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial.

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