Estados Unidos anunció un giro significativo en su política exterior tras la publicación, este viernes, de la nueva “Estrategia Nacional de Seguridad” de la administración del presidente Donald Trump, un documento que redefine prioridades y establece una mayor atención hacia América Latina y la lucha contra la migración masiva.

La estrategia afirma con claridad que Washington pretende reforzar su influencia en la región, donde mantiene una postura confrontacional frente al gobierno de Nicolás Maduro, combate el tráfico de drogas mediante operaciones contra narcolanchas, y observa con creciente interés recursos estratégicos, entre ellos el Canal de Panamá.

Reorientación hacia el hemisferio occidental

El texto indica que la nueva línea estratégica está diseñada para desarrollar la visión “America First” y representa una reorientación respecto a los últimos años, en los que la política estadounidense tuvo un fuerte foco en Asia. Aunque el documento sigue señalando a China como su principal competidor global, sostiene que el escenario hemisférico demanda atención prioritaria.

La estrategia describe a Trump como el modernizador de la Doctrina Monroe, promulgada hace dos siglos para declarar a América Latina como un espacio libre de intervención de potencias extranjeras. Según el documento, el gobierno busca reactivar esa lógica, adaptándola al contexto del siglo XXI.

El “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe

“El texto afirma que, tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental, proteger su seguridad y salvaguardar el acceso a zonas geográficas clave”, señala el documento.

Añade que Washington se opondrá a que potencias ajenas al hemisferio establezcan fuerzas, capacidades amenazantes o control de activos estratégicos en la región, y define este enfoque como un “Corolario Trump”, presentado como una “restauración sensata y potente del poder estadounidense”.

Reajuste militar y fin de las migraciones masivas

La estrategia establece que Estados Unidos reajustará su presencia militar global, priorizando amenazas que considera urgentes en el hemisferio. Esto implicaría alejarse de escenarios cuya relevancia para la seguridad nacional ha disminuido.

En materia migratoria, la administración Trump declara su intención de poner fin a las migraciones masivas y califica el control de fronteras como el elemento central de la seguridad nacional.

“La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin. La seguridad de las fronteras es el elemento principal de la seguridad nacional”, sostiene el documento, que también menciona la necesidad de proteger al país de “invasiones”, un término que agrupa migración descontrolada, terrorismo, drogas, espionaje y trata de personas.

Tensiones con Europa y postura frente a competidores globales

El texto incluye críticas directas a aliados europeos, a quienes acusa de promover valores—especialmente en materia migratoria—que Estados Unidos no comparte. La estrategia indica que Washington respaldará a gobiernos que se opongan a la agenda de la Unión Europea.

Asimismo, el documento señala que Estados Unidos impedirá que otras potencias —grandes o medianas— dominen regiones clave, aunque aclara que esto no implica gastar sangre y recursos indiscriminadamente para frenar la influencia de todos los actores globales.