Pamela Juanita Cordero nació en Tocupilla y creció en Chuquicamata. Estudió periodismo en la Universidad UNIAC. Con experiencia en medios escritos y audiovisuales, comenzó su carrera en La Tercera. Luego estuvo en la revista Deporte Total y en las últimas noticias. Fue conductora de DIRECTV para los Juegos Panamericanos realizados en Santiago y desde el año 2024 es panelista del programa Los Tenores de Radio ADN. En el año 2019 recibió el Premio de Excelencia de la Agrupación Colo Colo de Todos los Tiempos..
Como está Pamela Juanita, muchísimas gracias por concedernos estos minutos al Diario de Santiago. Está claro por tu currículo que siempre quisiste ser periodista, pero
¿por qué te entusiasmó esto del periodismo deportivo? Por tú fuiste una pionera dentro de las mujeres que se especializaron en deporte y más concretamente en el fútbol
“Mira, yo comencé haciendo la práctica en el año 93 en el diario La Tercera. Uno de mis profesores era Tito Olave, director de ese diario y nos ofrecía que fuéramos los fines de semana a practicar a La Tercera. Fuimos con un grupo de compañeros y yo llegué atrasada la primera vez por lo que estaban todos los puestos distribuidos. Me dijeron que la única opción era hacer algo en Deportes y acepté para no perderlas todas. Mi jefe de sección, Sergio Jerez, me mandó a cubrir un partido de voleibol en el Club Providencia. Escribí una nota pequeñita y parece que les gustó. Porque seguí yendo los veranos y en el verano me preguntaron si quería trabajar haciendo reemplazos. Así llegué al fútbol y no me moví hasta ahora que han pasado cerca de 30 años y eh estado en diversos medios. Si me preguntas si el deporte era mi vocación, te mentiría. Ni en sueños, yo quería ser corresponsal de guerra, pensaba también dedicarme a espectáculos, pero nada se dio esto que te acabo de contar y la verdad es que si empezara de nuevo, ahora sí de inmediato diría que mi pasión es el periodismo deportivo”
Pero ¿practicaste algún deporte?
“Si, eso sí. De niña jugaba fútbol en el norte y era bien buena. Creo que si hubiera seguido podría incluso haber sido profesional. Pero te estoy hablando de los años en que no era bien visto que las mujeres jugaran fútbol y por lo mismo, pese a que mi papá era fanático, no les atraía mucho la idea y obviamente prefirieron que estudiara una carrera”
También tiene que haber parecido raro que hubiera una mujer, en esos años, que fuera periodista deportivo y más encima ligada al fútbol
“De verdad era incómodo, porque en la década de los 90 los hombres no estaban acostumbrados a tratar con las mujeres, porque nunca habían tenido una colega que se especializara en el fútbol. No era como en las otras secciones en que siempre hubo mujeres dedicadas a espectáculos, crónica, internacional, política, etc. Pero en deportes era una novedad, una excepción y por supuesto que al comienzo fue súper difícil. Cómo una mujer va a saber de fútbol, somos nosotros los hombres los que sabemos de fútbol. Si tú lo piensas ahora era una mirada ridícula. Y a medida que fue pasando el tiempo, lo fueron entendiendo y aceptando. Lo que sí debo dejar en claro es que nunca me faltaron el respeto, todo lo contrario, incluso fueron muy protectores en un comienzo. Ahora somos muy amigos y nadie pone reparos. Porque es lógico, esto es periodismo y lo que yo hago es periodismo. Independiente del apellido que le pongas”
Estuviste mucho tiempo reporteando Colo Colo y eso dentro de la profesión son palabras mayores
“Si, por supuesto, creo que fue por allá el 2008 cuando me llaman de Las últimas Noticias y me ofrecen la posibilidad de reportear a Colo Colo. Por supuesto que era una tremenda responsabilidad y me asustó al comienzo. Tú sabes es el equipo más popular del país y todos los días hay noticias buenas y malas. Había que competir además con reporteros top de otros medios. Pero acepté y no me arrepiento ya me sirvió para crecer mucho profesionalmente y a la vez creo – sin falsa modestia- que abrí un camino. Porque demostré que las mujeres podíamos hacer periodismo deportivo tanto o mejor que los hombres. No se si habré sido una precursora del periodismo deportivo femenino, pero estoy segura que más de algo aporte”
¿Tuviste que entrar alguna vez a hacer notas a los camarines? Porque así se reporteaba antes
“Exacto. Porque no había ni conferencias ni salas de prensa como ahora. Terminaban los partidos y se abrían las puertas de los camarines para que los periodistas entraran a hacer sus entrevistas, pero fue algo a lo que yo me negué sistemáticamente. Siempre me dije a mi misma que no iba a entrar y los esperaba a la salida para conversar con calma antes de que se fueran a su casa. Por ejemplo, a Iván Zamorano varias veces lo entrevisté en su auto después de un partido de la selección. De verdad que no era que a mi me diera vergüenza, pero me imagino que para los jugadores era complicado que una mujer estuviera ahí cuando se estaban duchando, por ejemplo. Con el tiempo eso de hacer entrevistas en los camarines se terminó y me parece que fue para mejor. Lo que también cambió y con eso no estoy de acuerdo es que tampoco puedes entrar a ver los entrenamientos y poco menos que a los periodistas nos tratan como si fuéramos espías. Eso no lo comparto y me parece una exageración”
Juanita, dentro del deporte y del fútbol hay una serie de actores: dirigentes, entrenadores futbolistas, pero en el último tiempo se ha incorporado y no siempre de buena forma, un nuevo protagonista: las barras bravas. Seguramente, por coincidencia en el tiempo, tú fuiste creciendo casi en paralelo con ellas
“Si en los 90 aparecieron y aunque se decían barras bravas, en el fondo no lo eran. Eran solamente copias de lo que se veía en otros países, especialmente en Argentina. Y se fue imitando lo bueno que es alentar y seguir a su equipo a todas partes, pero también lo malo. Que es intervenir en el funcionamiento de los clubes, ejercer poder atemorizar a los jugadores, a los dirigentes, hasta llegar de frentón, como ocurre ahora a la delincuencia. Hay barras que están muy ligadas al narcotráfico, con los piños que uno puede ver los mismos piños y sus trapos, sus lienzos que exhiben en los diarios. Y lo exhiben sin ningún problema. Es a vista y paciencia de todos, que quieren fotografiar, de la autoridad, están ahí. Y cuando lo investigan, por supuesto que corresponden a piños que son de barrios y de poblaciones que están ligadas a la venta de drogas. Y no solo eso porque se suma hoy en día el poder de fuego que tienen. Eso, debo reconocerlo, a mí me atemoriza, porque ya es un problema muy grave la droga, pero cuando hay armas involucradas se pierde todo respeto por la vida humana”.
¿Lo ves como un problema sin solución?
“Mira, afortunadamente ahora comenzaron a aplicarse sanciones muy duras, especialmente en la parte monetaria y de esta manera los clubes entendieron que si siguen siendo blandos con las barras lo único que van a lograr es no tener plata ni recaudaciones. Piensa tú que Colo Colo y Universidad de Chile tiene que jugar sin público sus partidos en toda competencia internacional y por un buen tiempo. Eso afecta sus arcas de manera significativa y los ha obligado a tomar medidas, como el código 102 que es de violencia en los estadios, que es un paso importante, porque prohíbe el ingreso de los violentistas a los estadios. Es poco, pero por algo se empieza”.
Tú señalas algo que pareciera muy simple, como es aplicar la ley a los violentistas
“Claro, pero aplicar realmente la ley, no un simple maquillaje. ¿Has visto quienes son los guardias que hay en los estadios? Por lo general es gente jubilada, porque se le paga a una empresa externa para abaratar costos y que te mandan a los partidos, por lo general personas mayores de edad e incluso muchas mujeres. Llega un tipo que tiene prohibición de entrar al estadio y se bota a choro, tú crees que lo van a detener. Y aunque quisiera hacerlo no tiene ni siquiera elementos para defenderse, porque no es un policía, no es un carabinero, es un civil vestido de guardia y que obviamente no va a arriesgar su vida por una situación así. En eso los clubes mismos se hacen trampas en el solitario”
En síntesis, esto debiera ser un problema de estado, especialmente porque cada vez hay más jóvenes en las barras bravas y son presa fácil de los narcotraficantes
“Pienso lo mismo, tendría que ser un problema de estado o de lo contrario no hay solución. No hablo de un gobierno de turno hablo del estado de derecho. Es la única fórmula que dio resultados en otros países y en Chile debiera hacerse lo mismo. Especialmente por lo que tú señalas, las barras bravas atraen mucho a los jóvenes porque se sienten identificados en su rebeldía y mientras se sigan incorporando y sigan creciendo, cada vez van a ser más en número y más violentos en su accionar. Aún estamos tiempo de ponerle el cascabel al gato, pero hay que hacerlo de verdad. El ministro Cordero dijo que se iban a tratar como organizaciones delictuales, lo que me pareció perfecto, pero después no se hizo absolutamente nada al respecto”.
Estoy de acuerdo en todo lo que dices, pero tampoco podemos dejar de asignarle responsabilidades a los clubes
“Por supuesto, si son los principales responsables y no quieren entender que los grandes perjudicados son ellos mismo. Por amparar o al menos por no hacer nada en contra de las barras bravas han conseguido que los violentos se queden en los estadios y los hinchas de verdad vayan despareciendo. Hemos llegado a que resulta impensado un partido con hinchas visitantes. Ya casi no se ven familias en un partido de fútbol, porque saben que es peligroso, que les pueden robar el auto o recibir un piedrazo a la salida. A esa gente es la que hay que defender no a las barras bravas. Y ojo que hago una clara distinción: no digo que no haya barras, porque estoy de acuerdo en que forman parte del espectáculo y deben tener un lugar en los estadios. Creo que son la mayoría, pero por culpa de unos pocos se los estigmatiza a todos”



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