Una fuerte conmoción ha generado la investigación que involucra al menos a dos profesores del Instituto Nacional, acusados de colaborar con los encapuchados que, vestidos con overoles blancos, protagonizan desmanes y hechos de violencia en distintos liceos emblemáticos de la capital.
Para un grupo de apoderados y ex alumnos, esta situación no resulta sorpresiva. Tampoco para algunos especialistas, quienes advierten sobre un posible “adoctrinamiento” dentro de estos establecimientos educacionales.
La Fiscalía abrió indagatorias formales, lo que ha elevado la tensión en torno a estos incidentes. Cabe recordar que esta investigación ya había sido solicitada el año pasado, tras un informe emitido por los directivos del Instituto Nacional, en el cual se alertaba sobre situaciones “sospechosas” que daban cuenta del apoyo de los docentes a quienes generan disturbios tanto dentro como fuera del liceo.
En dicho informe se consignó que jóvenes fueron vistos sacando materiales desde los autos de dos profesores. Al día siguiente, se encontraron en el subterráneo del Centro Cultural Ceina —espacio que conecta con el estacionamiento del liceo y al cual solo tienen acceso los docentes mediante llaves— diversos elementos como diluyentes, ropa, hondas y mascarillas.
El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, acusó “inacción” de la administración anterior, señalando que el informe fue archivado cuando Rodrigo Roco estaba a cargo de la Dirección de Educación Municipal (DEM) y Irací Hassler ejercía como alcaldesa.
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