En una sesión marcada por tensiones y protestas, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó en la madrugada de este miércoles un proyecto de ley que podría reducir de manera significativa la condena del ex presidente Jair Bolsonaro, actualmente sentenciado a 27 años de prisión por golpismo.

Si la iniciativa obtiene el visto bueno del Senado, Bolsonaro —de 70 años y encarcelado desde finales de noviembre— podría ver su pena reducida a poco más de dos años.

Detalles de la votación y la propuesta

La medida fue aprobada con 291 votos a favor, 148 en contra y una abstención. El proyecto, que ahora pasa a la Cámara Alta, beneficiaría no solo al ex mandatario, sino también a otros implicados en los actos golpistas ocurridos tras las elecciones de 2022.

Según el texto, las condenas consideradas de tipificación similar no podrán acumularse, aplicándose únicamente la pena más grave: la correspondiente al golpe de Estado, que prevé hasta 12 años de prisión, en lugar de sumarse a los 8 años previstos por otro delito.

Además, se establece que en los casos en que los crímenes de golpismo fueran perpetrados por una “multitud”, como ocurrió con el asalto a las sedes de los poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023, la pena podría reducirse hasta en dos tercios. Otra modificación relevante es la progresión de régimen, que permitirá a los condenados pasar del cerrado al semiabierto con mayor rapidez: tras cumplir una sexta parte de la pena, o una cuarta parte en caso de violencia.

Impacto en Bolsonaro y otros condenados

El ponente del proyecto, el diputado Paulo Pereira da Silva, señaló que con estos cambios Bolsonaro podría abandonar el régimen cerrado en poco más de dos años. Entre los beneficiarios también figuran altos mandos militares y ex ministros condenados por respaldar la intentona golpista tras la derrota electoral frente a Luiz Inácio Lula da Silva.

Pereira defendió la iniciativa como un gesto de “reconciliación” y de “corrección de excesos” en las penas impuestas por el Supremo, aunque aclaró que no implica “evitar la responsabilización”.

Críticas y divisiones políticas

Desde la bancada del Partido de los Trabajadores (PT), el diputado Lindbergh Farias criticó duramente la medida, afirmando: “Esta cámara está abrazando el golpismo”.

En un inicio, el Partido Liberal, al que pertenece Bolsonaro, buscó una amnistía total que anulara por completo la condena, pero la mayoría de los partidos —incluidos sectores de derecha— se opusieron. Finalmente, los diputados más radicales aceptaron una versión menos ambiciosa. El líder ultra Sóstenes Cavalcante reconoció que “era el texto posible” y confirmó que Bolsonaro respalda la propuesta.

El bolsonarismo continúa negando que haya existido un intento real de golpe de Estado, sosteniendo que el Supremo Tribunal Federal actuó por motivos políticos y calificando el asalto del 8 de enero como “simple vandalismo”.

Una sesión marcada por la tensión

La discusión parlamentaria estuvo cargada de forcejeos y episodios de protesta. El diputado de izquierda Glauber Braga ocupó el sillón de la presidencia en señal de rechazo y tuvo que ser retirado por la fuerza. Antes de ser desalojado, declaró: “Permaneceré aquí con calma, con total tranquilidad, ejerciendo mi legítimo derecho político de no aceptar como un hecho consumado una amnistía a un grupo de golpistas”.

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