Lo que se anticipaba como un jueves intenso en la sede de la ANFP —marcado por la citación a un Consejo de Presidentes destinado a definir las bases de la Primera División y la Primera B para la temporada 2026— terminó transformándose en una jornada decisiva para el llamado “fútbol de escritorio”. La agenda, ya cargada, sumó un nuevo capítulo que tensiona el funcionamiento institucional del balompié chileno.

El detonante fue la presentación formal de Unión Española y Deportes Iquique, quienes solicitaron que el organismo rector aclare la prevalencia del Reglamento General de la ANFP por sobre las bases de la competencia. Esta interpretación, de ser validada, reinstala el sistema de promedios de las últimas tres temporadas como criterio oficial, un mecanismo que, en la práctica, podría evitarles a ambos la pérdida de categoría pese a tener los peores registros del año.

Según información de ADN Deportes, los representantes de los dos clubes acudieron de manera conjunta al directorio de la ANFP antes de que comenzara el Consejo de Presidentes. La jugada busca presionar para que la dirigencia asuma y corrija lo que consideran una inconsistencia normativa que afecta directamente la definición del descenso.

La disputa, lejos de ser un mero tecnicismo, evidencia un problema estructural: la convivencia —a veces contradictoria— entre bases y reglamentos en el fútbol chileno. Mientras Unión Española e Iquique apuestan por una resolución que los mantenga en Primera División, el caso vuelve a subrayar la urgencia de una gobernanza más clara, coherente y transparente para evitar que disputas administrativas terminen influyendo en la competencia deportiva.

  • Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl

/José Pablo Verdugo