En los pasillos de La Moneda se ha comentado en los últimos días la idea del presidente electo José Antonio Kast de residir de manera permanente en el Palacio una vez que asuma el cargo. La propuesta busca ser una señal de austeridad, evitando gastos adicionales para el Estado, aunque hasta ahora no existen piezas habilitadas para cumplir con este propósito de forma estable.

El mandatario electo, que actualmente vive en Paine, explicó que la medida responde tanto a un criterio de ahorro de recursos fiscales como a la necesidad de reducir los tiempos de traslado desde su residencia actual. Según se ha analizado, arrendar una casa implicaría un desembolso en arriendo y seguridad, tal como ocurre hoy con el presidente Gabriel Boric, quien reside en el barrio Yungay.

La factibilidad de vivir en La Moneda está marcada por su carácter de monumento nacional. El artículo 11 de la Ley 17.288 de Monumentos Nacionales establece que todo trabajo de conservación, reparación o restauración debe contar con autorización previa del Consejo de Monumentos Nacionales.

Expertos en patrimonio aseguran que no existe impedimento para que Kast viva en el Palacio. El abogado Óscar Acuña, exsecretario ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, señaló que “es perfectamente posible que el Presidente viva en La Moneda. La circunstancia de ser monumento histórico no limita los usos, solo las intervenciones físicas en el edificio”. Agregó que solo si se modifican muros o estructuras se requeriría autorización, recordando que en el pasado se permitió instalar paneles solares en el techo.

El propio Kast reafirmó su intención este martes: “No voy a arrendar una casa especial para generarle más gastos al Estado. Si hay una casa y un recinto razonable… yo no pido lujos. Soy capaz de hacer mi cama, soy autosuficiente”. Añadió que, de no habilitarse habitaciones, “no tengo problema en dormir en el tercer piso”, aludiendo al lugar donde pernocta la guardia de Palacio.

Históricamente, otros mandatarios han residido en La Moneda. El académico Marcelo Casals, doctor en historia de la University of Wisconsin-Madison, recordó que el último presidente en hacerlo fue Carlos Ibáñez del Campo en su segundo gobierno (1952-1958). Posteriormente, Jorge Alessandri puso fin a la tradición, en línea con su carácter austero y la transformación del Palacio en un espacio principalmente administrativo. Casals opinó que “el hecho de que el Presidente no viva en La Moneda habla de una comprensión de que la Presidencia es un cargo separado de la persona que lo ejerce. Es una lástima que se retroceda en ese ámbito”.

Una ventaja de residir en Palacio es la seguridad. Actualmente, 50 efectivos de Carabineros se turnan en jornadas de 48 horas y duermen en el tercer piso del Patio de los Naranjos. Además, La Moneda cuenta con gimnasio, casino, comedor presidencial y un búnker subterráneo con ascensor directo, que permite al Presidente salir sin usar las entradas principales.

El edificio dispone de un dormitorio presidencial, utilizado en ocasiones por Boric durante emergencias como incendios, y anteriormente por Sebastián Piñera. Sin embargo, la habitación está equipada solo con una cama de una plaza, insuficiente para Kast y la futura primera dama, Pía Adriasola.

De manera anecdótica, algunos presidentes y ministros han comentado en privado que durante la noche se han percibido situaciones paranormales, asegurando que “penan en La Moneda”.

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