Las listas de espera continúan siendo uno de los problemas más persistentes y sensibles del sistema de salud chileno, una situación que autoridades, expertos y pacientes coinciden en identificar como una de las principales falencias del sector. Su impacto ha sido tal que, durante la última campaña presidencial, la reducción de los tiempos de espera se instaló como un eje central de las propuestas en salud, con candidatos enfatizando reiteradamente la magnitud del problema y citando la cantidad de personas que fallecen mientras esperan una atención médica o una cirugía.

Según el último balance del Ministerio de Salud, que advierte que el registro de defunciones de 2024 aún se encuentra en proceso de recolección, durante 2023 fallecieron 35.492 personas mientras permanecían en listas de espera No GES. En ese mismo año, 3.711.485 personas transitaron por estas listas, y quienes fallecieron acumulaban 50.235 derivaciones pendientes, lo que equivale a un promedio de 1,39 atenciones no realizadas por paciente, explicando que el número de derivaciones supere al de personas.

Desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales señalaron que “el ministerio aborda estos casos con máxima seriedad, sensibilidad, responsabilidad técnica y transparencia”, aclarando que el hecho de que una persona fallezca estando en lista de espera no implica necesariamente que la causa de su muerte haya sido la espera.

En ese sentido, detallaron que determinar una eventual relación entre el fallecimiento y la espera requiere una auditoría clínica individual, realizada por equipos especializados que analizan antecedentes médicos, oportunidad de atención, gravedad del cuadro y evolución clínica del paciente.

Las principales causas de muerte entre quienes fallecieron en listas de espera No GES durante 2023 fueron los tumores o cánceres, que explican el 30,6% de los casos. Le siguen las enfermedades del sistema circulatorio, como infartos o accidentes cerebrovasculares, con un 22,4%, y las enfermedades respiratorias, con un 12,5%. Más atrás se ubican las enfermedades del sistema digestivo (8,8%) y los trastornos endocrinos, nutricionales y metabólicos, como la diabetes, con un 4,2%.

Al respecto, el exsubsecretario de Redes Asistenciales del actual gobierno, Fernando Araos, explicó que “las principales causas corresponden a enfermedades crónicas no transmisibles y cáncer, en línea con el perfil epidemiológico y demográfico de la población general”. Añadió que las auditorías ministeriales muestran de manera consistente que en menos del 15% de los casos podría existir alguna relación entre la causa de muerte y la espera, dado que muchos pacientes aguardaban atenciones en especialidades como traumatología, oftalmología o cirugía general.

De acuerdo con el reporte oficial, las especialidades con mayores tiempos de espera son cirugía general, ginecología, traumatología y urología. En el ámbito quirúrgico, las mayores demoras se concentran en traumatología, dermatología y cirugía digestiva.

Araos subrayó además que “sabemos que los fallecidos en listas de espera representan la principal preocupación de la ciudadanía en salud”, por lo que consideró urgente seguir reduciendo los tiempos de atención, priorizando los casos de mayor riesgo de morbimortalidad, como los pacientes oncológicos, aprovechando la capacidad instalada de la red pública y fortaleciendo la integración público-privada.

Una visión distinta plantea Luis Castillo, exsubsecretario de Redes Asistenciales durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, quien sostuvo que la espera sí puede incidir en la mortalidad. “Si bien la causa de muerte no necesariamente tiene una correlación directa con la patología por la cual la persona estaba en lista de espera, es altamente probable que muchos fallecimientos se hayan producido por descompensaciones de enfermedades sistémicas mientras aguardaban atención”, afirmó. Agregó que al analizar el universo de personas fallecidas es posible observar una relación entre el tiempo de espera, medido en días, y la mortalidad, especialmente en pacientes con enfermedades neoplásicas.

En el caso del sistema GES, de las 6.321 Garantías de Oportunidad incumplidas que fueron cerradas por fallecimiento, 5.325 (84,24%) corresponden a problemas de salud que no se asociarían a la causa de defunción. Del resto, el Ministerio de Salud advierte que podrían estar “posiblemente asociadas”, aunque aún faltan las auditorías clínicas correspondientes.

Al igual que en las listas No GES, las principales causas de fallecimiento en estos casos fueron tumores, enfermedades del sistema circulatorio y respiratorias.

Desde la Subsecretaría de Redes Asistenciales reconocen que la espera puede tener otras implicancias clínicas, señalando que “la espera por atención médica puede tener efectos distintos según el tipo de patología, su evolución natural y la condición clínica de la persona”. En enfermedades crónicas o progresivas, explican, una demora prolongada puede traducirse en mayor deterioro funcional, aparición de complicaciones o la necesidad de tratamientos más complejos.

Finalmente, desde el Ministerio de Salud enfatizan que el foco está puesto en reducir el número de personas en listas de espera, mejorar la priorización clínica, acortar los tiempos de atención y resguardar que la espera no genere daños evitables, especialmente en los pacientes de mayor riesgo.

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