La actriz y cantante francesa Brigitte Bardot falleció a los 91 años, según informó este domingo la Fondation Brigitte Bardot mediante un comunicado oficial remitido a los medios de comunicación. La organización, que lleva el nombre de la artista, expresó su “inmensa tristeza” al anunciar la muerte de su fundadora y presidenta, a quien definió como una figura “de renombre mundial” que “eligió abandonar una carrera de prestigio internacional para consagrar su vida y su energía al bienestar animal y a su fundación”. El texto no precisó ni el lugar ni el momento exacto del deceso.
Nacida el 28 de septiembre de 1934 en París, Bardot fue una de las personalidades más influyentes y controvertidas del siglo XX, tanto por su impacto artístico como por la transformación cultural que encarnó. Su irrupción en la escena internacional se produjo en 1956 con la película “Y Dios creó a la mujer”, dirigida por Roger Vadim, entonces su esposo. Aquella obra no solo la catapultó al estrellato global, sino que introdujo una ruptura decisiva en la representación de la sexualidad femenina en el cine occidental. Considerada escandalosa en su época, la cinta convirtió a Bardot en un mito erótico y, de manera paradójica, en un símbolo de emancipación femenina al desafiar frontalmente los códigos morales dominantes.
Durante cerca de dos décadas, Bardot desarrolló una carrera prolífica y diversa: protagonizó más de 45 películas, grabó más de 70 canciones y trabajó con algunos de los cineastas más influyentes del cine francés, entre ellos Jean-Luc Godard y Louis Malle. Su filmografía incluye títulos fundamentales como “La verdad” (La vérité, 1960), interpretación que le valió el David di Donatello, máximo reconocimiento del cine italiano, y “El desprecio” (Le Mépris, 1963), bajo la dirección de Godard, donde consolidó definitivamente su estatus de musa intelectual y leyenda del séptimo arte.
Sin embargo, en 1973, cuando se encontraba en el punto más alto de su popularidad y con apenas 39 años, Bardot tomó una decisión que reforzó su carácter rupturista: se retiró definitivamente del cine. Definió la fama como una “prisión dorada” y expresó la necesidad de dotar su vida de un sentido distinto, más coherente con sus convicciones personales. Desde entonces, volcó toda su energía en la defensa de los animales, causa que identificó como el verdadero eje de su existencia.
Ese compromiso se institucionalizó en 1986, con la creación de la Fondation Brigitte Bardot, entidad que se convirtió en un actor clave en la lucha contra el maltrato animal, la caza de focas, la experimentación científica con animales y otras prácticas que la activista consideraba inaceptables. La fundación fue pionera en la promoción de reformas legales y en la concienciación pública sobre el bienestar animal, tanto en Francia como en el ámbito internacional, consolidando una segunda vida pública para Bardot, esta vez alejada de los focos del espectáculo y centrada en la militancia ética.
La muerte de Brigitte Bardot cierra la historia de una figura que no solo redefinió los límites de la sensualidad y la autonomía femenina en el cine, sino que también cuestionó el sentido de la fama y demostró que el capital simbólico de una estrella podía transformarse en una herramienta de activismo y compromiso social duradero.
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