Peñarol, en una noche para el olvido, cayó derrotado 5-0 ante Botafogo en el Nilton Santos por la ida de las semifinales de la Libertadores, un resultado que destrozó las ilusiones aurinegras de llegar a la final copera, por más que aún reste el partido revancha del próximo miércoles.
El partido comenzó con los locales tratando de imponer una presión alta sobre la salida de los carboneros ante un rival que quería sostener la pelota lejos de su área.
Y en la primera de cambio una descolgada de Telles en la cual se tiró reclamando una falta derivó en un intercambio entre los jugadores, con algunos empujones, demostrando la tensión con que se jugaba el duelo.
Un disparo de Thiago Almada de media distancia sin dirección fue un intento del conjunto norteño que buscaba principalmente a la subida de Vitinho por derecha para encontrar espacios.
A los 12′ se dio un tremendo choque donde Luiz Henrique chocó poniendo los codos hacia adelante sobre el rostro de Leo Fernández, una falta durísima que le valió la amarilla y puso ser algo más.
Un centro de Leo Fernández para el ingreso a pura velocidad de Eduardo Darias que no llegó a conectar, dio una muestra del fútbol ofensivo carbonero y desnudó alguna duda en la última línea albinegra.
Otra más clara aún se dio pasados los 23′ cuando una buena pared entre Rodrigo Pérez y Maximiliano Silvera terminó con el volante llegando a rematar y exigiendo a una buena tapada de Jhon.
Lo mejor de los brasileños era cuando combinaban Vitinho y Savarino por derecha, a veces con la adición de Luis Henrique, marcando un ejercicio de plena concentración de Báez y Olivera.
El trámite era cortado, de mucha falta y además conversado. Igor Jesús que le dio un codazo a Javier Méndez vio la amarilla a los 36′, en una acción donde también la recibió Rodrigo Pérez por protestar.
A esa altura el dueño del partido era el local, que sostenía la pelota y trataba de generar como en un córner que conectó Jesus pero sin encontrar arco.
En tiempo de adición apareció lo mejor de Luis Henrique que de derecha a izquierda se fue posicionando y sacó un tremendo remate que logró tapar Aguerre volando. Luego probó Marlon pero sin tanta suerte. 0-0 y al descanso.
Nocaut
El segundo tiempo arrancó con el Fogão dispuesto a arriesgar mucho más y en la primera de cambio un zapatazo del venezolano Savarino hizo que Aguerre tuviera que sacar una muy complicada.
Los carboneros estaban muy retrasados, no tenían salida, y cuando Luis Henrique encaraba a pura gambeta hacía encender las alarmas de toda la última línea.
A los 51′ apareció el gol que liquidó la paridad. Un toque de calidad de este último para meter un pase filtrado a Jefferson Savarino que solo y habilitado por Javier Méndez, la tocó con sutileza por sobre el meta para el 1-0.
Un golpe duro para un equipo uruguayo que estaba pasando muy mal en cancha, al punto que segundo pudo llegar con otro tiro de Marlon que Aguerre pudo despejar con la punta de los dedos. De ese córner llegó el segundo.
Un centro pasado que metieron de cabeza hacia el medio encontró a Alexander Barboza solo en el área chica este aguantó la pelota y definió para el 2-0.
Aguirre decidió mandar a la cancha a Camilo Mayada y Gastón Ramírez por Damián García y Eduardo Darias, pero enseguida llegó el tercero.
Una contra que lideró Luiz Henrique, habilitó la subida de Vitinho por derecha que dejó lejos a Olivera, llegó a la línea de fondo, la puso al medio y Savarino la empalmó al medio, pero Aguerre no pudo sacarla en su intento.
Un golpazo para un aurinegro que se desenfocó del partido, desbordado en defensa y con una distancia muy importante en el resultado que parecía más próxima a ampliarse que a reducirse.
Sequeira y Lucas Hernández por Silvera y Báez fueron nuevas variantes de la Fiera, que no le encontraba la vuelta al duelo e iba a sufrir otro golpe al mentón.
A los 73′ apareció la gran figura del duelo, Luiz Henrique, que recibió lanzado por el callejón central y la picó por sobre el cuidapalos para marcar otro golazo, el 4-0 que prácticamente sentenció la serie.
El quinto no demoró en llegar, ya con la defensa aurinegra hecha un colador y fue tras un nuevo disparo de media distancia que Aguerre tapó dando rebote, el que aprovechó Igor Jesus para colocar el 5-0 a los 79′.
Las diferencias en juego y físicas eran abrumadoras, con un conjunto anfitrión desatado y hambriento, ante un mirasol que hacía lo que podía, sufría, y más allá de un remate de Leonardo Fernández, casi no llegó.
El cierre del partido fue con Botafogo controlando, bajando la intensidad y atentos para una contra que les diera un tanto más, moviendo la pelota y haciendo disfrutar a su gente.
/José Pablo Verdugo
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