Pedro Messone, destacado músico folclórico chileno, falleció en la madrugada de este jueves a los 83 años. El deceso del artista se produjo en el Hospital El Salvador de Providencia.
La noticia de la muerte del Premio Nacional de Música Folclórica 2018 fue confirmada por el director Horacio Saavedra a través de sus redes sociales.
«Descansa en paz en los brazos del Señor, Pedro Messone, gloria de la nuestra música», escribió Saavedra en su página de Instagram.
Cantante y actor
Pedro Aquiles Messone Rivas nació en Temuco el 6 de junio de 1939 y a muy temprana edad se fue a Valparaíso, luego de que su padre, gerente de una multitienda, pidiera un traslado. Por eso el cantante se definía como «un porteño nacido en Temuco».
Durante sus estudios en Valparaíso, forjó amistad con algunas personas que lo motivarían a entrar en el mundo de la música, como Luis Urquidi, con el compartió un gran interés por el jazz y el folclore latino.
Messone se trasladó a Santiago cuando ya era parte del grupo Los Cuatro Cuartos, pero sin ninguna expectativa de llegar a vivir algún día de la música. Al igual que sus compañeros, mantuvo al principio al grupo como una afición seria pero no profesional. A medida que Los Cuatro Cuartos comenzaban a cosechar sus primeros éxitos en auditorios radiales, Messone se iba interesando también en el mundo del teatro.
El artista recibió una invitación para integrarse en el papel de un lustrabotas en «La Pérgola de las Flores» que Eugenio Guzmán desarrolló en la primera mitad de los años 1960 junto al Teatro Ensayo de la Universidad Católica. Su entusiasmo actoral no interrumpió su trabajo musical, hasta que las exigencias crecientes de ambas actividades lo obligaron a optar por una de ellas.
En 1964, la compañía de la que Messone formaba parte recibió una invitación del gobierno de México para ir a presentar «La Pérgola de las Flores» en los principales escenarios de ese país. Le planteó a Los Cuatro Cuartos su intención de tomarse un tiempo lejos del país, pero el permiso se convirtió más bien en una discusión entre ambos y, en definitiva, terminó su salida del grupo.
Messone recibió ofertas para quedarse en México y desarrollar allá una carrera, pero eligió volver a Santiago y persistir en su trabajo con el folclor local. A su regreso se encontró con Sergio Sauvalle, quien recién se había ido de Los Huasos Quincheros y guardaba una canción que a ese conjunto no le había interesado, pero que se imaginaba muy bien en la voz de Messone. Dicha canción se llamaba «El corralero».
El artista la escuchó, distinguió de inmediato su valor, y propuso armar un conjunto con otros vocalistas, para lo cual convocó al destacado Rolando Alarcón, José Luis Hernández y Renato Lederman. Nacieron así Los de Las Condes, cuyo primer escenario importante fue el Festival de Viña de 1965.
Su interpretación para «El corralero» no pudo sobrepasar a «Mano nortina», que Los Cuatro Cuartos habían llevado y que se quedó con el primer lugar. La misma noche de la premiación, Chino Urquidi se acercó a Messone y le dijo: «No ganaron, pero será su canción la que trascienda».
Los de Las Condes fue un grupo de vida breve (menos de un año) que legó seis singles de 45 rpm para el sello RCA, y un LP.
Carrera como solista
El lanzamiento de Pedro Messone como solista era un paso casi inevitable. Su popularidad era, a esas alturas, casi la de una estrella pop, sustentada en parte en su imagen y en la insistencia de la prensa de espectáculos de la época por vincularlo a los modos de un galán. Sus compañeras sentimentales llegaban a las páginas de la revista Ritmo, cuyas lectoras obligaron a la publicación a compartir el «Gato de oro» de 1966 (un premio que medía la popularidad de las figuras locales) entre Messone y el famoso Pollo Fuentes.
El sello RCA ya le había advertido a Messone que su siguiente publicación debía ser la de un solista. Pero faltaba dar con una canción que sostuviera esa nueva faceta. Como tantas veces antes en su trayectoria, el cantante supo hacer jugar a su favor a las circunstancias. En una conversación informal con su amiga Paz Undurraga, esta le comentó de un tema de Willy Bascuñán que Los Cuatro Cuartos habían descartado, y que podía acomodarle para su siguiente álbum. Se llamaba «El solitario».
El solitario fue el primer disco de Pedro Messone como solista. Se publicó a fines de 1966 y además del ya citado tema de Bascuñán, incluyó otros dos títulos que alcanzarían gran éxito: «Pa’ mar adentro» y «El ovejero». Más tarde grabó «El cigarrito», un tema que hasta entonces nadie había grabado. Poco después el propio Víctor Jara la incluyó en su álbum debut, extendiendo la versión que se ha convertido en clásico.
Meses más tarde de esa publicación, una nueva sociedad con Rolando Alarcón llevó al Festival de Viña de 1967 la pericona «Niña, sube a la lancha», tercer lugar en la competencia folclórica de ese año. Corría el mes de febrero y Messone recibió en camarines la sorpresiva noticia del suicidio de Violeta Parra, con quien el cantante había llegado a forjar una amistad profunda y que no pocos confundieron con un improbable romance sobre el que hasta hoy se urden leyendas, sin mayor fundamento.
En esos años, se le vio en la Quinta Vergara como parte del jurado. Su último triunfo en ese escenario fue el que obtuvo en 1982 con el tema «La tejedora», de Sandra Ramírez.
Cinco años más tarde volvió a presentarse con un tema coescrito junto con Juan Castillo «Mi niña y yo», y en 2000 defendió «La tejedora» en la competencia por la mejor canción en la historia del Festival, donde se evidenció el récord de que de los diez temas convocados al apartado folclórico, cinco habían sido interpretados originalmente por Messone.
En 2018 fue galardonado con el Premio a la Música Nacional en la categoría folclórica, «un reconocimiento a la trayectoria y al legado que los músicos chilenos entregan a nuestro patrimonio cultural y artístico», según explicó la ministra de las Culturas de entonces, Consuelo Valdés.
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